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'Los hijos de Kennedy' se quedan huérfanos el domingo

«Esta es la plaza más importante, porque pone fin a diez meses de felicidad absoluta», dijo Maribel Verdú con lágrimas de emoción, en la presentación de las últimas funciones de Los hijos de Kennedy, una obra interpretada con dos casi hermanas, Ariadna Gil y Enma Suárez, y dos nuevos parientes, Álex García y Fernando Cayo.

Viernes, 17 de julio 2020, 09:55

Los cinco actores han vivido sobre el escenario momentos gloriosos, en los que han disfrutado, no solo con el trabajo, sino con la sintonía que se ha creado entre ellos. «Somos personas entregadas a nuestro oficio y al oficio de pasárnoslo bien», comentó la actriz, que confesó que lleva semanas haciéndose a la idea de que se acercaba la hora de despedirse de esta obra con la que han conseguido llenar teatros de toda España.

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«Al final, se ha visto que no estaba preparada. Yo espero que nos salgan las palabras el domingo», indicó tras no haber podido evitar emocionarse.

«Ha sido un espectáculo muy bonito desde el arranque. Son cinco monólogos entrelazados con ciertos momentos de densidad porque se cuentan cosas amargas, pero regadas de mucho humor. Ha sido un viaje alucinante, abarrotando los teatros y disfrutando de este equipo artístico maravilloso», comentó Fernando Cayo.

No tan gratificante ha sido la experiencia de trabajar bajo las órdenes de José María Pou, al menos, así se desprende de las miradas que cruzaron los actores al ser preguntados al respecto. El único que se pronunció fue el canario Álex García. «En mi caso fue un desencuentro más que un encuentro», dijo el lagunero, que aclaró que sus discusiones parecían de padre e hijo. «Es muy sabio, pero los sabios también tienen que ser humildes», apostilló.

Sin embargo, la huella de Pou se ha diluido en estos meses en los que los actores han incorporado elementos a la obra en la que Robert Patrick retrata el desencanto de la generación nacida en los 60 en Estados Unidos. Una decepción que también viven los herederos de la Transición española. «Hay muchísimos paralelismos con lo que está pasando ahora en España. Hay un último monólogo de Ariadna que lo extrapolas a 2014 y crees que está escrito para este momento», aseguró Verdú. «Llegan incluso a interrumpirla con aplausos porque lo que cuenta es muy cercano», apuntó García.

Para Cayo, aunque la obra retrate los años 60 en EEUU y tenga un fondo musical acorde con canciones de Ray Charles, The Mamas & the Papas o Bob Dylan, «cuando un texto teatral es bueno se convierte en algo universal. Al final hablamos de sueños, de frustraciones, de momentos duros y emocionantes. Son personas implicándose en sus vidas, con una cosa en común: que hablan desde la soledad, intentando romperla. Realmente se habla del ser humano», pero siempre desde el humor y el sarcasmo, abundó.

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