Las Palmas se lo toma a pecho
Lobera es un superviviente. Vive su segunda resurrección como entrenador de la Unión Deportiva, un Lázaro moderno que guió al representativo en Córdoba a una de esas victorias que desactualizan hemerotecas y que marcan una línea adecuada. Con siete puntos sobre nueve posibles.
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El gol de Tana es oro. Alquimia para un equipo que se vuelve a creer importante. Que abandonó el vestuario entre alaridos de excitación, saboreando una victoria que le coloca espiritualmente donde ya se encontraba físicamente: en el carro de los candidatos al ascenso. O, al menos, a la promoción.
Lo hizo con una gran primera mitad y una decente segunda parte. Aseada y con oficio, Las Palmas se asemejó ayer a la propuesta que lleva pretendiendo reconocer el entrenador durante ya casi dos años. Ganar al Córdoba vale mucho. Devuelve la autoestima al grupo y frena la progresión del un rival directo que oteaba a los insulares a un solo punto de desventaja en la clasificación. Sergio Lobera, de inicio, decidió prescindir de Juan Carlos Valerón como brújula entre líneas, pero mantuvo la idea de dos mediocentros pertrechando la medular. En ese sentido, a pesar de lo arropada que se le presuponía a Las Palmas, el Córdoba se volcó de inicio sobre el área de la Unión Deportiva con voracidad. Con Barbosa sudando la gota gorda antes del minuto cinco de partido, y con los franjiverdes ocasionando dos acciones de peligro sobre su portería.
Las Palmas quiso ser combinativa. Desde la punta, Carlos Aranda siempre daba el balón unos centímetros atrás para quien le secundara desde segunda línea. Pero a esa propuesta, por más que Lobera aplaudiera desde el banquillo, le faltaba verticalidad. Justo a lo que más acudía al Córdoba. Aunque con el paso de los minutos se fue presentando en una visión más solvente, a los ataques locales siempre se les notaba un voltaje superior.
Incluso en ese tramo del partido, cuando el Córdoba transmitía una sensación de mayor peligro, Las Palmas dispuso de dos ocasiones. Primero Aranda probó a Saizar con ud disparo cruzado que despejó el portero; luego Tana cabeceó mansamente un centro de Ángel López desde la derecha. Y ahí el partido estaba en tierra de nadie, con los locales rápidos pero insignificantes, y los canarios lentos y sin mordiente ofensiva que refrendara su mejoría notable.
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Pero aunque el Córdoba pareciera más decidido a volcarse sobre Barbosa, la Unión Deportiva remataba mucho más sobre Saizar. Era una percepción más sensorial que tangible el hecho de creer que el Córdoba merecía el gol. Tal vez lo merecía más Las Palmas, mucho más aguerrida en las pocas veces que miró de frente al guardameta rival. En una de esas, Momo, rejuvenecido y peligroso como hace una década, sacó un centro medido al segundo palo y Tana remató a portería vacía para adelantar a los de Lobera. En ese instante, el gol fue puerta anfetamina para Las Palmas. Recuperó al completo del partido y marcó sus tiempos y sus alternancias. Se hizo con el balón y llevó el encuentro con ventaja, sin sufrir más sustos, hasta un descanso que premiaba su esfuerzo.
Con la llegada de la segunda parte, Ferrer retiró a Arturo e introdujo a Xisco y su equipo fue mucho más frontal. Hasta el punto que un remate del exdelantero del Vecindario a la salida de un córner obligó a Barbosa a demostrar sus reflejos. Fue entonces cuando el representativo cambió el disfraz. Una de las grandes pegas que se le ha puesto a Lobera durante tantas semanas de descrédito, interno y externo, es la falta de capacidad para amoldar al equipo a distintos escenarios. En el Arcángel rebatió a los escépticos. Cuando tuvo que sufrir, Las Palmas lo hizo. Y lo hizo bien.
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Se calzó otro tipo de partido y lo hizo sin apenas fisuras. En todo el minutaje que restaba para que se acabara el partido, que no era poco, Las Palmas tiró sus líneas más atrás e intentó recuperar posesión con Valerón bailando sobre la pista. Con el nuevo diseño no solo no sufrió para que Barbosa no recogiera el balón de su red; fue la Unión Deportiva quien pudo ajusticiar lo que quedaba de contienda con un remate poderoso de Valerón que Saizar mandó a córner. Con Momo expulsado por cargar con una amarilla inapropiada, y con Apoño mirando al cielo y llevándose la mano a la musculatura para sobrevivir a la recta final del encuentro, Las Palmas sacó tres puntos de un valor incatalogable.
El grupo de Lobera, ovacionado por los amarillos que estuvieron ayer en el Arcángel, vuelve a creer en sí mismo. Psicología elemental para un colectivo que presume de hechuras de favorito. Para un conjunto que, especialmente durante la primera mitad del encuentro, se sintió cómodo para desplegar 45 de los mejores minutos de fútbol que ha hecho durante la temporada. Las Palmas se ha tomado a pecho el recuperar el prestigio y el ascendente del principio de año.
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- Ficha técnica:
0 - Córdoba CF: Saizar; Campabadal, Iago Bouzón, Raúl Bravo, Samuel; Fran Cruz, Pelayo; Nieto (Pedro, min.64), López Silva, Juanlu (Uli Dávila, min.71); y Arturo (Xisco, min.46).
1 - UD Las Palmas: Barbosa; Ángel López, David García, Deivid, Dani Castellano; Javi Castellano, Apoño; Momo, Tana (Valerón, min.56); Asdrúbal (Nauzet Alemán, min.69) y Aranda (Vicente Gómez, min.77).
Gol: 0-1, M.37: Tana.
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Expulsó en el minuto 74 al canario Momo, por doble amarilla. Además, amonestó a los locales López Silva y Pedro, y a los visitantes Deivid, Dani Castellano, Nauzet, Apoño y Asdrúbal.
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Incidencias: Partido de la vigésimo novena jornada de la Liga Adelante disputado en El Arcángel ante unos 9.000 espectadores, con presencia de medio centenar de aficionados grancanarios. Terreno de juego en buenas condiciones.
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