Las fiestas de Teror y la prensa
La presencia de la Fiesta de El Pino, en honor de la Patrona de Gran Canaria, tiene en la prensa actual una importancia y una extensión acorde a la que esta efeméride anual posee en el seno de la sociedad insular, que la vive y la siente como verdadera Fiesta Mayor; una presencia destacada que en este año no se detendrá pasadas las fiestas, sino que, con el compás que se estime oportuno, se mantendrá como eco de las importantes celebraciones que ya se prevén para el 2014 con motivo del centenario de la proclamación de la Virgen de Teror como Patrona de Gran Canaria y de la Diócesis de Canarias, entre ellas una nueva bajada de la Virgen a la capital insular que, por aquello del aniversario, podría tener un recorrido un poco más amplio y visitar algunas otras localidades de la isla de su Patronazgo. Esta presencia amplia y profusa de la Fiesta de El Pino, de la devoción arraigadísima a la Patrona y Reina de cielos, tierras y mar, en los medios informativos grancanarios, que incluso ya ha permitido que se detecte un cierto estilo periodístico y de muy diversos periodistas y colaboradores especializados en ella, cobró un auge progresivo a partir de la primera romería, a lo que se añadió la consolidación de actividades y costumbres como la de el pregón y otras musicales, folklóricas y culturales que fueron conformando la identidad de estas fiestas mayores hasta dar el amplio y atractivo programa que en la actualidad las identifica. Sin embargo, en las primeras décadas del s. XX, con ser una información que se valoraba y se daba en los términos de la importancia y trascendencia popular que ya tenía, no era ni tan continua, ni se mantenía con la misma profusión en los periódicos que entonces se editaban, aunque si conseguía que algún medio de Madrid, como ABC, se ocupara de ella, periódico en el que en 1919, en un artículo firmado por el Bachiller Francisco de Osuna, se recogían unos versos populares inspirados en la imagen de la Virgen de Teror: «Sos blanca como la leche/y encarnada como el vino;/ tienes tú pelito rubio/ como la Virgen del Pino», cantares espontáneos que le ofrecerían en la «Villa de Teror, gente del pueblo reunida en la plaza delante de la Iglesia, el día de la Patrona de Gran Canaria», como señala el texto a pie de la foto publicada por ABC el 16 de septiembre de 1928. También este periódico dio cuenta el 29 de agosto del año siguiente del Real Decreto por el que «se preceptúa que se tributen anualmente, en el día de su festividad, a la imagen de la Virgen del Pino de la Villa de Teror, los mismos honores que para los capitanes generales de Ejército están consignados en la Reales Ordenanzas» En Gran Canaria el periodismo no surgió hasta la década central del s. XIX; antes experiencias aisladas y sin continuidad como la reimpresión del primer número del Correo Político y Militar de la Ciudad de Córdoba en enero de 1809, con motivo de la Guerra de la Independencia, el Boletín Oficial de la Gran Canaria, aparecido entre 1841 y 1842, el desconocido caso de El Pueblo, del que sólo se conserva su Prospecto de 1842, o el Boletín Oficial de la Junta Superior Auxiliar del Gobierno de la Provincia de Canarias, del que aparecieron unos pocos números en 1843. Hubo que esperar a octubre de 1852 para que, con la aparición de un periódico con un título tan sugerente, como premonitorio, de El Porvenir de Canarias se iniciara una etapa a partir de la cual la prensa ya tuvo una presencia constante en la isla, consolidada en la siguiente década. Una primerísima referencia a Teror en los primeros periódicos grancanarios se encuentra en el Boletín Oficial de la Junta Superior Auxiliar del Gobierno de la Provincia de Canarias que en el número 3, del domingo 3 de septiembre de 1843, recoge una circular de dicho organismo de gobierno relacionada con el Venerable Cura de la Parroquia de Teror y aquel Ayuntamiento en relación a la asignación anual que los munícipes debían dar a la Rectoría. Once años después, el 19 de febrero de 1854, El Despertador Canario en su página tercera insertaba un interesante y extenso artículo dedicado a Teror que firmaba José P. Romero, el singular y estrambótico poeta Romero Palomino fallecido en Valleseco en 1885, que refiriendo diversos problemas que atenazaban entonces el progreso de la agricultura y el comercio teroreño, «señales que hoy preludian su destrucción total», no olvidaba resaltar aspectos de su historia y de la honda devoción a la Virgen del Pino, que al ser «uno de los puntos céntricos de la isla, cómodamente ha facilitado a los fervorosos peregrinos el medio de reiterar las ofrendas de sus ardientes votos a la Imagen adorada que contiene». Al año siguiente, el miércoles 5 de septiembre de 1855 otro rotativo inolvidable en la historia del periodismo grancanario, El Ómnibus, daba una pionera información periodística de estas fiestas al anunciar que «El Sábado próximo, 8 del corriente, día de la natividad de Nuestra Señora, hay fiesta en el pueblo de Teror, de esta Isla, dedicada á la devota Virgen que en su Iglesia parroquial se venera con la advocación de Nuestra Señora del Pino. La concurrencia á dicha fiesta es siempre muy numerosa, por las muchas promesas y romerías que se hacen á aquella Imagen, con la que se tiene una particular devoción». El mismo día 8 de septiembre el periódico se limitaría a anunciar que «mañana es el Dulce Nombre de María que también se celebra en la parroquia de Teror», El Crisol, en su edición del 11 de septiembre de 1855, daría una primera y sustanciosa crónica de lo acontecido en las fiestas de El Pino de aquel año, al resaltar como la «función religiosa de la Villa de Teror ha estado este año concurridísima», aunque también debía informar del incidente acontecido con los fuegos artificiales, cuando «al caer una lágrima del primer cohete disparado, en el depósito donde se contenían aquellos, volándose instantáneamente todos los juguetes politécnicos» aunque, sin embargo, aquello produjo «una algazara tan sorprendente y divertida, que en medio del estrépito y la confusión rodaron algunas personas por el suelo», sólo «se perdieron varios zapatos pertenecientes á ambos sexos y hasta el solideo de un cura, únicas desgracias que tenemos que lamentar». Sin embargo, Teror aparece de una u otra forma en aquellos primeros periódicos como la Revista Semanal que en su edición del 24 de mayo de 1857 se ocupaba de denunciar cierta curiosa irregularidad en el arredramiento del cuidado de la Alameda de la Villa Mariana en dos reales de plata, pues «el que la cuida, que por más señas es un funcionario público toda vez que desempeña el cargo de alguacil, saca de ella mucho mas ¡Si Señor!, pues hace la vista gruesa cuando entran algunos carneritos y después que los ve dentro paciendo, multa al canto. ¡Buen modo de sacar dinero!», o el Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Canarias que informa por vez primera de las Fiestas de Teror en su número 7 el 1 de octubre de 1859, al recordar como «El día 8 de septiembre último se celebró en la Iglesia Parroquial de la expresada Villa la solemne función anual a la Santísima Virgen del Pino que en ella se venera», e incluye un largo artículo con la historia de la aparición de la Imagen, del origen de la devoción popular a la misma ó de las costumbres que señalan esta festividad. Comienzos curiosos, sugerentes, premonitorios de una amplia y diversa actividad periodística que hoy hace de Teror y su Fiesta Mayor un casi verdadero género periodístico en la isla, en el que podemos encontrar, a través de todo el s. XX y en la actualidad informaciones, programas y reportajes con carácter y sabor propio de estas celebraciones, o que nos ofrecen posibilidades como las crónicas de Teror de Néstor Álamo que recientemente se han recogido en un sustancioso volumen. La Virgen del Pino, Teror y la prensa, elocuente expresión del ser y sentir de una isla, la Gran Canaria.
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