La UCO ve indicios "directos e inequívocos" contra El Rubio
Antonio F. de la Gándara
Martes, 21 de julio 2020, 20:56
La Guardia Civil ha informado al juez que investiga la desaparición de Yéremi de que existen indicios «directos e inequívocos» que «refuerzan e infieren la relación directa de autoría de Antonio Bordón» con la desaparición de Yéremi y, presuntamente, con su «homicidio».
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Los especialistas de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que investigan el caso de Yéremi Vargas han informado al juez de que los nuevos indicios, hallados a raíz de que un preso de Algeciras revelara sus conversaciones con el chatarrero de Santa Lucía de Tirajana Antonio Ojeda Bordón, «en su conjunto refuerzan e infieren de forma directa e inequívoca la relación directa de autoría de Antonio Ojeda Bordón con la desaparición del menor Yéremi José Vargas Suárez, la cual habría acontecido entre las 13.35 y las 13.48 del sábado 10 de marzo de 2007». Según consta en el último atestado de la UCO enviado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, los agentes entienden que igualmente de los nuevos indicios se inferiría que el menor «podría haber sido víctima de un delito de homicidio», tal y como se desprendería de los datos aportados por el preso que en la cárcel de Algeciras escuchó a Ojeda Bordón hablando voluntariamente de la desaparición de Yéremi, José Rubén O.B.
sexo. La OCU apunta a que el móvil del crimen habría sido «puramente de índole sexual», y afirma que los indicios apuntan a que «tras la sustracción de su entorno familiar»; Yéremi «habría fallecido, posiblemente por inhalación de algún tipo de producto tóxico utilizado para su aturdimiento, circunstancia y resultado fatal que sería conocido por Antonio Ojeda» y que a su vez «sería compatible con las dolencias del menor desaparecido, quien sufría de asma agudo crónico». Agrega la Guardia Civil que de las declaraciones de José Rubén O.R. «se infiere que si Antonio Ojeda tuviera que deshacerse de un cuerpo o cadáver, éste pudiera hacerlo desaparecer en el vertedero próximo a su domicilio y ubicado en la localidad de Juan Grande», lugar al que el Rubio «acudía con regularidad en el año 2007 a fin de buscar en dicho lugar chatarra y metales para su posterior venta». Por esta circunstancia, concluye el atestado, Ojeda Bordón, de 56 años, «conocía perfectamente el lugar y la forma de hacer desaparecer en dicho lugar un cuerpo sin ser detectado por nadie». Sintetiza que el Rubio tenía la «motivación concreta», la «capacidad necesaria», los «medios materiales suficientes» y la «oportunidad espacio temporal» para poder cometer el delito.
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