La nula demanda de chatarra aplaza la retirada del ‘Telamon’

Los precios muy a la baja que desde Asia se están ofertando para la chatarra están teniendo influencia directa sobre el plan de retirada de los restos del Telamon, entre Las Caletas y Los Mármoles. La empresa autorizada esperará a que la situación pueda variar.

Jueves, 16 de julio 2020, 14:37

A favor de la empresa juega, de momento, que no se tiene intención desde la Autoridad Portuaria de Las Palmas, al menos a corto plazo, de dejar sin efecto el permiso dado hace meses, donde se faculta a Recuperadora Lanzaroteña a sacar del agua todo lo que queda del carguero, con sus medios, a cambio de poder vender el material. A este respecto, incluso se llegó un acuerdo con una entidad peninsular para el traslado de toda la chatarra.

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No obstante, en caso de que la empresa finalmente renuncie a la actuación, tras el acuerdo que se negociara principalmente durante 2014, por parte de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, según fuentes de la entidad, se podría valorar la posibilidad de explorar nuevas vías de actuación, atendiendo a que el barco puede ser escenario de percances, dada la cercanía con la costa, con lo que son frecuentes los bañistas junto a los restos.

El barco zozobró el 31 de octubre de 1981, por un temporal de viento en aguas canarias, que se vio combinado con una vía de agua en el casco del buque. El navío, un carguero de bandera griega, iba rumbo a Tesalónica, con un cargamento de maderas, desde Costa de Marfil. A causa de los daños sufridos, fue desviado hasta el muelle de Los Mármoles, acabando en el emplazamiento que aún ocupa en la actualidad, una vez que los responsables portuarios dieron órdenes para que el hundimiento no fuera justo en el interior del puerto arrecifeño.

Durante años fue punto de acomodo de personas sin hogar, muchas toxicómanas, hasta que las mareas acabaron por desplazarlo una vez que se partió en dos mitades de similar tamaño.

El Telamon fue botado en Escocia en 1957, para ser destinado el barco a la carga general, dotado con una eslora de 139,6 metros, una manga de 17,89 metros y un calado de 8,21 metros. En el momento del accidente navegada el buque con 29 tripulantes a bordo, que pudieron ser todos ellos rescatados con vida. La marea negra se evitó gracias a que se pudo concretar un trasvase del combustible, como quedó constancia en las crónicas periodísticas de la época.

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