Identidad
Si no conoce la historia que inspiró La chica danesa mejor deje de leer. Einar Wegener fue un pintor danés, de reconocido prestigio, que sentía en su interior el latir de un alma femenina: Lili Elbe. Wegener, tras años de luchas internas por defender su verdadera identidad, fue la primera persona que se sometió a un cambio de sexo para mutar de hombre a mujer, y, situándonos en la década de 1930, los avances médicos de la época no lograron mantenerle con vida después de una segunda intervención.
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Cuando uno se enfrenta a la obra queda ante una pregunta: ¿Mejor vivir muchos años dentro de una identidad en la que no te reconoces o vivir diez minutos siendo tú mismo?
Desde luego, para lo segundo hace falta mucha valentía. Como la que muchos echan de menos dentro del PSOE canario. Un partido que se ha reconocido subordinado a Coalición Canaria en el pacto en el Ejecutivo regional, y que aunque lo etiqueta como «roto» no muestra el arrojo necesario para dar un portazo y abandonar sus sillas en el Consejo de Gobierno.
Hay demasiados indicadores que han lastrado la imagen socialista. Más allá de los esperpentos que se interpretan en Ferraz, dejando herida el alma de la socialdemocracia española, los constantes desplantes a los que han sido sometidos en las Islas, desde el pacto en cascada hasta la imposición de la Ley del Suelo, convierten a los socialistas insulares en una simple muleta aritmética para sujetar a los nacionalistas al frente del Gobierno de Canarias.
Más de 100 años de identidad escondidos en una gaveta para ser comparsa en un Ejecutivo en el que su peso queda diluido en el ritmo que se marca desde CC. No sé si la decisión que tomó Lili Elbe fue la más adecuada, pero al menos se marchó de este mundo en paz por ser honesta consigo misma.
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