Hernández: «El Gobierno se ha desentendido de la cultura»
La cultura implica a multitud de profesionales. Desde electricistas, carpinteros e impresores a actores, cantantes, autores... Pero estamos en vías de «extinción» del sector, dice el escritor y ex director general del Libro del Gobierno de Canarias, Chema Hernández, que responsabiliza de ello al Ejecutivo regional.
L.R.
Viernes, 17 de julio 2020, 08:26
Las administraciones públicas y, en concreto, el Gobierno canario, «no tienen criterio político cultural», aseguró ayer el escritor Chema Hernández. A su juicio, la visión dominante de la cultura en el Ejecutivo «no es que es un sector que genera empleo, sino que es un lujo superfluo». Obvian, afirma el autor grancanario, que «la cultura no solo implica a los creadores sino a un amplio abanico de profesionales: electricistas, carpinteros, impresores, librerías... Es un sector económico amplísimo que se ha ido deteriorando y en estos momentos está en vías de extinción». Por un lado, añade Hernández, el Gobierno canario (CC-PSOE) parece haber renunciado al «nacionalismo» puesto que «se supone que la cultura forma parte del proceso de identidad y un gobierno nacionalista debiera fomentar la construcción de una conciencia global cultural en las islas, la cultura es un elemento de cohesión social». Por otro, continúa, han relegado la cultura a «una dirección general en medio de un batiburrillo de consejerías». Se refiere Hernández a que la Consejería de Cultura, al frente de la cual se encuentra Inés Rojas, incluye también Deportes, Políticas Sociales y Vivienda. Para el escritor, ex director general del Libro, área que desapareció del organigrama del Ejecutivo de Paulino Rivero hace unos años, se ha pasado «de una etapa de presidente, Adán Martín, a una de una especie de improvisador que no tiene planificación para este Archipiélago y menos en cultura. Desdeña la cultura como tal», pese a que comparte gobierno con el PSOE, añade, y éste «siempre había mostrado cierta sensibilidad cultural». Pero ahora, continúa, «han permitido que [la Consejería de] Cultura se convierta en una especie de concejalía de ayuntamiento pobre. Con lo único que no han acabado es con el número de creadores».
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