"Fernando sonrió cuando le dije que tenía una enfermedad sexual"

La testigo identificada con el número 38 en la lista del juicio por el caso kárate ha declarado este lunes que tras mantener relaciones sexuales forzadas con al menos ocho alumnos del gimnasio Torres Baena en el chalé de playa de Vargas su ginecólogo le confirmó que le habían contagiado una enfermedad de transmisión sexual, concretamente un papiloma.

Expuso que cuando se lo contó a Fernando Torres Baena, este "sonrió" y le dijo que era "imposible" porque en el gimnasio todos "eran gente sana". "Me miró como si yo fuese una puta y lo hubiera cogido por ahí", recordó entre sollozos.

La joven agregó que se había enamorado de otro alumno del gimnasio, el testigo número 40, y que ambos se lo habían dicho a Torres Baena y a su mujer, María José González. Supuestamente, esta respondió que allí el sexo era libre, y que ella "tenía que compartir" a su novio, pues además era "el preferido" de Fernando.

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