En el lado de los frágiles aspirantes
Hace un año, al regreso de la Copa de Vitoria, Joaquín Costa pidió a Pedro Martínez dirigirse al vestuario y este le dio la venia. El presidente colmó de elogios a la plantilla por el hito conseguido y las semanas posteriores el nivel del mismo descendió. Este año todavía Costa no había hecho correr el champán, pero se sabía que nada dejaría al Gran Canaria fuera de la cita de Málaga el mes de febrero, pero la sensación de haber tocado la punta más alta de la montaña ha sido acompañada de una derrota imperdonable frente a Manresa y una caída natural en el Martín Carpena que ha, prácticamente, dejado a los claretianos en el lado frágil del sorteo. Salvo milagro no será cabeza de serie en la Copa.
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Real Madrid y Valencia lo son ya de forma oficial. Unicaja y Barcelona lo son virtual. Solo el Gran Canaria, que recibe el próximo viernes (20.30 horas al Valladolid en el CID) podría invertir esta situación, pero tendrían que darse un triunfo contundente de su parte, y un fiasco monumental en el caso de los ahora favoritos para ocupar esas vacantes de privilegio que tienen una victoria más que los insulares. El Barcelona visitará el domingo al Cajasol de Aíto y el Unicaja al imparable Real Madrid de Pablo Laso. En ambos casos no es demasiado osado esperar una derrota, con especial probabilidad en el caso malacitano. Pero el problema es que la ciencia del average perjudica claramente al grupo claretiano que debería remontar una diferencia de 94 puntos con el Unicaja y 98 con el Barcelona.
La demencial trayectoria del Valladolid presenta la posibilidad de presentar una mejor diferencia de puntos en la última jornada, pero hay que contar con que tanto Madrid como Cajasol deberían dar palizas históricas a Unicaja y Barça. Algunas derrotas incomprensibles han privado al Gran Canaria de la posibilidad de ser cabeza de serie por segunda edición consecutiva.
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