Elena Asins: "En España no hay crítica"
La artista muldicisplinar, Elena Asins, compartió el sábado su concepción del arte con los creadores, críticos, arquitectos, galeristas y amantes de la reflexión que acudieron a escucharla al Centro Atlántico de Arte Moderno. El último Premio Nacional de Artes Plásticas invitó a los asistentes a debatir sobre aspectos esenciales de la creación.
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Fue un encuentro atípico. La artista Elena Asins (Madrid, 1940) lanzó al público sus ideas sobre la cultura, el arte y su valor patrimonial para abrir un debate en el que afloraron, de forma natural, sus experiencias e inquietudes.
«La cultura es un sentimiento espiritual que se está perdiendo. La universidad es una industria del conocimiento; la arquitectura responde a la industria de la construcción y el cine, a la industria del entretenimiento. El espíritu transcendente que tenía el arte en los principios de la humanidad se está perdiendo en favor de una frivolidad absoluta», sostiene la escritora, poeta, ensayista y artista plástica cuya vida ha tenido como escenarios Francia, Estados Unidos, Alemania y que, tras su regreso a España, se ha refugiado en la naturaleza del valle de Larráun (Navarra).
En su opinión, el arte debe responder a la búsqueda de transcendencia, una motivación que impulsaba al ser humano prehistórico a dejar su huella en pinturas rupestres o en monumentos megalíticos. Sin embargo, el arte, tal como lo entendemos hoy en día, se ha convertido en «un bien de consumo de acceso restringido a unos pocos porque sus precios son privativos».
Una circunstancia absurda para Asins porque, a su parecer, el arte no pertenece al que lo compra, ni siquiera al que lo hace. «Los coleccionistas no son poseedores de las obras, son tenedores, la obra es patrimonio de la humanidad», sostiene.
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Sin embargo, estos aspectos parecen escapar a una realidad empeñada en convertir el arte en un bien de consumo para una industria que ofrece variadas vertientes económicas, como el turismo artístico.
En este mercado que describe Asins, el galerista es un comerciante, «como el que vende patatas», y el crítico, el que califica su categoría. Sin embargo, en este sentido, Asins sostiene que «en este país no hay crítica. Se puede hablar de una opinión generalizada, pero no de crítica. Conmigo se han portado bien, pero, cuando expuse en el Reina Sofía, hicieron muchísimas críticas sobre mi obra y todas decían lo mismo», comenta la creadora.
Además, Asins se queja de que los expertos en arte siempre hacen análisis halagüeños. «La crítica no es capaz de criticar. Son demasiado diplomáticos, buscan quedar bien», lamenta la artista.
‘OUTSIDER’. Hasta hace una década, las pinturas, vídeos y esculturas de Asins que ha creado su propio lenguaje basado en la transformación de formas geométricas mediante herramientas informáticas apenas eran reconocidas en España. Han tenido que pasar los años para que su obra fuera entendida y apreciada por la crítica y el público.
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«Mantenerme al margen fue una especie de suicidio. He tenido una vida difícil. No he recibido ayuda de nadie, lo hice todo sin dinero y, además, era mujer. Mi obra no era lo que estaba de moda. Tenía muchas cosas en contra y he pagado por ser yo mismo. Pero, a pesar de todo, sigo siendo la misma», afirma orgullosa.
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