El triple de Morti despierta al CID
José Ángel Martín de Francisco, Morti, fue uno de los personajes más importantes del flamante baloncesto vallisoletano de la década de 1980. Es el padre de Nacho Martín, un hombre siempre vinculado a la canasta para el que en diciembre se cumplirán diez años de su fallecimiento. «Mi primer triple siempre se lo dedicó a él», recordó ayer el interior del Herbalife Gran Canaria después de vencer al Bilbao.
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Y el primer triple de Nacho Martín fue lenitivo para un Centro Insular con necesidad de ansiolíticos. El relato que continuó tras el salto inicial parecía una reproducción a escala de lo que sucedió, 15 días atrás, contra el Obradoiro. Martín agarró el balón en el lado que da al mar y mira al sur, levantó los brazos en ese lanzamiento salpicado que le caracteriza y anotó en su primer intento desde el perímetro. Su acción no puso al Gran Canaria por delante en el marcador, y fue rápidamente contestada por Germán Gabriel en la otra canasta. Pero cambió el voltaje del encuentro.
Luego el Granca, estimulado por la reaparición de uno de sus referentes, obligó a los vizcaínos a hacer la goma durante casi todo el minutaje que le quedaba al encuentro.
La vuelta de Martín es fundamental para el Gran Canaria en el momento importante de la temporada en el que se ha entrado. El jugador vallisoletano, ausente durante las últimas cuatros semanas por lesión, quiso volver a lo grande y convertirse en uno de los más destacados protagonistas de la jornada. 11 puntos, tres triples anotados en cuatro intentos, y siete rebotes. Dominador en la pintura con Walter Tavares.
Martín se asemejó mucho al jugador que explotó a principio de temporada. Justo hace una vuelta, en Bilbao, tuvo la mejor actuación de su vida con 40 de valoración.
Nunca más ha estado a esa altura durante la campaña, evidenciado muchos días su falta de química sobre la cancha. Ante Bilbao tuvo un buen día. Una sucesión de triples suya comenzó a decantar un encuentro que parecía mucho más duro una vez se presentaron las hostilidades. Ahora, superada su lesión, Nacho Martín espera haber llegado para no irse nunca.
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