"El 'Sarmiento de Gamboa' es mi casa"

Mar Benavides, becaria de Oceanografía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ya viaja a bordo del buque ‘Sarmiento de Gamboa’ rumbo a Santo Domingo para participar en la expedición Malaspina.

Viernes, 17 de julio 2020, 08:05

¿Cómo llegó a participar en la expedición Malaspina? Mi director de tesis en la ULPGC, que se va en el Hespérides, me avisó, y vi que era una gran oportunidad poder cruzar el Atlántico de Este a Oeste. Había plazas y me inscribí.

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¿Es la primera vez que embarca en una aventura científica como ésta? No. Es la tercera vez que embarco en este tipo de expediciones. Primero estuve en una campaña por el Estrecho y la última vez fue desde Vigo hasta Marruecos durante 50 días, todas en el Sarmiento de Gamboa.

¿Entonces conoce bien el buque? El Sarmiento de Gamboa es como mi casa. Ya me conozco a toda la tripulación, con parte de la cual también coincidiré mañana.

¿Qué siente una estudiante cuando le dicen que puede participar en este tipo de campañas? Es una pasada. Es increíble que tú mismo puedas coger muestras para la tesis cruzando el Atlántico. La investigación oceanográfica es carísima y es muy difícil traerte las muestras por los problemas de aduanas y el esfuerzo logístico que eso supone. Aquí tú lo recoges y lo redactas. Es como tu hijo.

Como estudiante, ¿qué va a hacer en el barco durante los 50 días? Además del trabajo de campo, también hay que hacer trabajo de laboratorio y analizar los nutrientes. Yo siempre me traigo las muestras y las analizo en tierra. Cuando regrese, me voy a ir a Estados Unidos como parte de mi beca para analizar allí las muestras que me traiga de la expedición.

Pero además habrá tiempo para más cosas, ¿no? Siempre hago muchos contactos con otros estudiantes e investigadores. Conoces a mucha gente que también estudian las mismas líneas de investigación que sigues tú. En este mundo es imprescindible renovarte.

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¿Cómo se enteró de que iba a formar parte de la expedición? Me lo dijeron en septiembre y me dio un subidón. Tengo mucha ilusión. En cuanto me lo contaron, me puse a preparar todo.

¿Hay algo que realmente quiera hacer durante estos 50 días de travesía? Lo que más ilusión me hace es pasar por el Paralelo 21 Norte, porque es el transecto (trayecto) más estudiado de toda la oceanografía y el más antiguo, ya que se hizo en 1954. Repetirlo me parece increíble. También aprendo mucho de los marineros, la mayoría pescadores de altura de toda la vida con muchas vivencias.

¿Cómo se prepara un estudiante para una expedición de este calibre? La verdad es que tengo todo listo menos mi maleta personal, no he comprado ni la pasta de dientes. Son 50 días a bordo y no te puede faltar nada. Llevo hasta pegamento de PVC. A bordo hay lavadoras, pero tienes que ir con ropa cómoda porque se trabaja con el salitre y levantas peso. Al principio tienes agujetas, luego ya estás a punto.

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¿Qué es lo que más se queda en el recuerdo de estos viajes? Ahí relativizas todo. Estás como en un gran hermano y aprendes sobre todo lo que es tolerancia. También te das cuenta que te hacen falta menos cosas de las que pensabas. No tienes teléfonos, ni guaguas ni restaurantes, pero aprendes a vivir sin todo eso.

¿No existe el miedo a que el barco se hunda o a encontrarse con temporales durante la travesía? Yo personalmente te tenido campañas algo moviditas, pero tengo compañeros que lo han pasado peor que yo. En el viaje de Marruecos llegamos a fuerza 8 y no pudimos recoger muestras. El año pasado hubo compañeros en el Hespérides que tuvieron que amarrarse en los camarotes. Creo que he tenido bastante suerte.

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¿Cómo lo está pasando la familia? Mi familia lo lleva fatal, sobre todo mi madre. Mi padre se dedica al mar y no lo pasa tan mal, pero ella sí. Lo peor es no poder escucharte durante tantos días y no saber qué es lo que está pasando. Pero en el fondo se lleva bien.

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