El reto de la llamada del desierto

El Maratón des Sables se ha convertido en una prueba mítica dentro del calendario internacional de ultras. La carrera transcurre por etapas en pleno desierto, bajo unas condiciones extremas. El próximo viernes arranca la 31ª edición, con presencia canaria.

Superar temperaturas extremas, atravesar el desierto del Sáhara por etapas o llevar encima los alimentos y enseres necesarios son algunas de las características del Maratón des Sables, una carrera que se ha convertido hoy en día en una de las mayores aventuras organizadas que pueden vivirse.

Del 8 al 17 de abril se celebrará la 31ª edición de un evento que año a año supera la demanda de participantes. En esta edición 2016 habrá 5 corredores canarios presentes. Federico Boada, Eduardo Boada y Luis Mirabal (Divertitrail), y Ruymán de Armas y Quique Martínez (Forward Team). Antes de partir hacia tierras africanas, los componentes del equipo Divertitrail pasaron por CANARIAS7 para el motivo de afrontar una experiencia como ésta y el ánimo previo a la aventura.

«Veíamos hace años reportajes de esta prueba en Transworld Sport, programa de Canal Plus, y siempre nos llamó la atención», destacan. Federico y Eduardo Boada han estado vinculados al baloncesto y posteriormente entraron en el mundo de las carreras por montaña donde coincidieron con Luis Mirabal.

Transgrancanaria, Transvulcania, etc. Han hecho varias ultras y «hace dos años pusimos fecha para afrontar el Maratón des Sables», afirman. Y ese momento ha llegado. Los tres son conscientes de las dificultades con las que se van a encontrar, pero la ilusión es desbordante. Han tenido apoyos de varias firmas comerciales y su puesta a punto ha sido minuciosa, junto a las visitas habituales al fisioterapeuta Víctor Platas.

Ya todo está preparado. Esta aventura tiene altas dosis de supervivencia, y «lo importante es día a día. Nuestra intención es ir siempre juntos, y si a medida que va transcurriendo la prueba nos vamos encontrando mejor que cada uno vaya tirando para ir mejorando tiempos», afirman.

Afrontar un reto así tiene detrás un esfuerzo diario enorme y un sacrificio familiar importante. El ejemplo de Federico es claro. Tiene dos hijos pequeños y el contacto con ellos durante 7 días será casi nulo. Pero el desierto les llama.

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