Urgente Uruguay y Arabia Saudí, rivales de España en el Mundial

El prestigio también se gana con oficio

Este punto no se desprecia. Este empate es de los que se celebran. Sacia a pesar de su escaso valor clasificatorio. Las Palmas sumó de nuevo a domicilio tras tres debacles consecutivos y lo hizo, incluso de forma inmerecida, ante el gran favorito al ascenso. Barbosa fue esta vez el héroe.

Viernes, 17 de julio 2020, 11:41

Sergio Lobera pedía en la previa oficio y sacrificio. El equipo respondió a sus súplicas tres goleadas más tarde. Sea por el rival, por la caprichosa fortuna, y también al fin por errores arbitrales, Las Palmas sumó un punto que se valora por tres en un entorno hostil y ante un rival de campanillas.

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El entrenador no varió de consigna, tampoco de peones. Con todos los protagonistas en condiciones, también Hernán, alineó al mismo grupo que goleó al Girona. Motivos tenía el entrenador aragonés para repetir tras la exhibición anterior. Era el recuerdo más fiable de una alineación tras los últimos fiascos a domicilio.

De nuevo tocaba batallar en un campo con espinas. El termómetro en mínimos y demasiada ropa de abrigo para jugar al fútbol. Si alguien buscaba excusas de antemano, el meteorólogo se las había concedido. Igual que en Soria, Lugo y Alcorcón. Como el dopaje en el ciclismo, el pago en sobres o la caza furtiva de elefantes, Las Palmas había convertido sus delitos como visitante en rutina. Como si una mentira repetida muchas veces se convirtiese en una verdad absoluta. No ganaba desde noviembre Las Palmas fuera de casa, y con ese condicionante pesimista, edulcorado en el Estadio de Gran Canaria, afrontaba el partido en el peor paisaje posible de la categoría.

De inicio hacía frío en El Madrigal, pero no era por el invierno. Mientras Las Palmas tardaba en entrar en combustión, el Villarreal prendió desde el principio ejerciendo de anfitrión. De gran favorito. Uche apenas tardó cinco minutos en cercar la portería de Barbosa. Pero su disparo desde la interjección derecha del área pequeña, se fue a la grada. Primer aviso serio. La baja de Cani, después de que centrara sin rematador en el área a los 20 minutos, no varió el guión del partido, a pesar de ser pieza fundamental en el mecano de Marcelino García Toral. Apenas afectó al Villarreal, dominador sin ejecución del partido.

Sin someter a un acoso a Barbosa, era el único equipo que había merodeado hasta entonces el área del contrincante con cierta coherencia. Cinco minutos más tarde sería Moi Gómez el que, en el punto de penalti, tras un centro de Mario desde la derecha, desperdiciase otra ocasión clara para el submarino.

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Las Palmas por entonces solo se limitaba a mirar, a tapar agujeros y lanzar imposibles a Thievy de vez en cuando. Una estrategia que el Milan y algún que otro mediocre con fortuna suele rentabilizar de vez en cuando pero que, en el caso de Las Palmas, pocas veces le ha resultado. Fútbol en blanco y negro.

Y sin embargo pudo sacar petróleo de una de esas. Tras un robo en su área, Chrisantus partió a correr como alma que lleva el diablo sin mirar atrás, se asoció con Vitolo por la derecha y el centro de este lo remató de primeras Thievy. Dorado evitó el gol de con un roce sutil. Era lo más parecido a una ocasión de Las Palmas. Corría el minuto 36 del encuentro y el bagaje era exiguo.

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El Villarreal, mientras, a lo suyo. Con la sensación de que, madurando al rival, descorcharía el partido tarde o temprano. Y así fue. Perbet no perdonó después de que, minutos antes, cruzase el balón colándose entre los centrales. Mientras ese disparo fue al limbo, el delantero local no desaprovechó el siguiente error en cadena de la zaga grancanaria. Fue justo antes del descanso.

El balón cabeceado de córner por Musacchio entre Deivid y Pignol quedó suelto en el área pequeña y Perbet empujó a la red. El tiempo extra concedido ya se había superado, pero el colegiado validó el gol. Otro golpe a la autoestima. Otra montaña que escalar.

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Esta vez Lobera no tardó en zarandear a su equipo. Con el gol en la retina, el técnico dio entrada a Tato por Chrisantus tras el descanso, reorganizando el ataque en busca de más asociación y dinamismo.

Héroe Barbosa. El cambio no surtió efecto y solo el portero argentino mantuvo con pulsaciones a la Unión Deportiva en los primeros compases de la reanudación. Otra torpeza -van varias seguidas- de Pignol cuando Uche se escapaba por la línea de fondo en horizontal a la portería, pudo finiquitar el partido en el minuto 52. El disparo desde los once metros de Farinós fue interceptado por Barbosa en un escorzo de mérito a su izquierda.

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El penalti marrado fue profético. El Villarreal dejó marchar el partido con la cadencia del conformista a pesar del 1-0 y Las Palmas comenzó a dar pequeñas señales para la esperanza en jugadas de estrategia y deslavazados contragolpes. Así consiguió el empate, producto de impulsos y de mucha fe. Una falta lateral de Nauzet dio con Murillo, que se adelantó a la defensa local para mandar el balón a la red. De ahí al final, dos penaltis escamoteados por el árbitro al Villarreal, y mucho sudor.

- Ficha técnica:

1 - Villarreal: Juan Carlos, Mario, Musacchio, Dorado, Jaume Costa, Bruno, Farinós, Cani (Manu Trigueros, m.23), Moi Gómez (Aquino, m.73), Uche y Perbet.

1 - Las Palmas: Barbosa, Pignol, Deivid, Murillo, Castellanos, Nauzet, Hernán, Momo (Vicente Gómez, m.84), Vitolo, Chrisantus (Tato, m.46) y Thievy.

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Goles: 1-0, m.46: Perbet. 1-1, m.73: Murillo,

Árbitro: Valdés Aller (Castilla-León). Amonestó al local Moi Gómez y a los visitantes Murillo, Thievy, Castellanos, Hernán y Pignol.86). Expulsó al técnico local, Marcelino García Toral.

Incidencias: partido disputado en el campo del Madrigal, con presencia de 6.000 espectadores.

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