El placer de leer sin gastar un solo euro

Es el caso de Mariluz Lamas Lorenzo, una habitual de la Biblioteca Insular, en la capital grancanaria. Ella entra por la puerta de la institución de la Plaza de las Ranas como si fuese su casa. Esta profesora de taller del centro psicosocial Genoveva Díaz Moreno, que atiende a personas con discapacidad mental, asegura que su relación con la biblioteca es «estupenda». A ella acude al menos una vez por semana, aunque, depende de la época, puede ir dos, tres, cuatro veces en una semana a la Biblioteca Insular, «más familiar, con un trato más cercano y amable» que otras bibliotecas públicas.

Reconoce esta empedernida lectora que no gasta nada en libros. Para qué, todo lo encuentra en las estanterías de la Biblioteca Insular; y si no lo hay, siempre está la posibilidad de hacer una desiderata o apuntarse a una lista de espera cuando el título ansiado no está ya en préstamo. «Aquí me conocen todos, y no sé si es por la gente que en ella trabaja o porqué, pero el ambiente que en la Biblioteca Insular se respira es inmejorable». Además, «no me privo de las últimas novedades» editoriales. Por lo menos hasta ahora cada vez que ha hecho una petición, ha sido satisfecha. «Ni me tienen que llamar para decirme que ya está aquí el libro que busco, me ven cada dos por tres, así que me lo dicen en persona».

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