El Parlamento canario suspende en el diálogo con los ciudadanos
La transparencia no sólo es la obligación de difundir información pública, sino también promover la comunicación con el ciudadano y rendir cuentas. El Parlamento de Canarias falla todavía en el desarrollo de estos tres pilares y difícilmente supera el test inspirado en la Unión Interparlamentaria relacionada con la ONU.
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Apenas hay abierta una vía para el diálogo entre el Parlamento y los ciudadanos, es muy poca la información de interés que publica, la que hay lo hace en formatos difíciles de acceder y entender y eso agrava aún más la posibilidad de que la sociedad controle la actividad legislativa.
Éstas son las principales debilidades que presenta la web del Parlamento de Canarias después de ser sometida a un test cuyas áreas temáticas están inspiradas en las Directrices para Sitios Web Parlamentarios.
Estas directrices fueron acordadas en 2009 por la Unión Interparlamentaria (UIP), una institución internacional que fomenta la cooperación de los parlamentos entre sí y con el sistema de Naciones Unidas. El test fue además empleado por la Fundación Ciencias de la Documentación que acaba de realizar un curso sobre parlamentos abiertos.
Al test se le aplicó después un análisis siguiendo la metodología DAFO mediante la cual se detectan las debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades.
De esta forma, se detectó como debilidades un «déficit» de información presupuestaria -sólo se ha difundido el presupuesto de 2014 y el proyecto de 2015-, información legislativa -no se publican los documentos que sirven de base para las iniciativas- y de partidos políticos presentes en la Cámara.
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El acceso a la información que figura en la web es «dificultosa» entre otras cosas porque no se presenta en formatos ni abiertos, ni reutilizables.
Esta falta de conocimiento acerca de la actividad parlamentaria impide que la ciudadanía pueda fiscalizarla, al mismo tiempo que la Cámara tampoco rinde cuentas.
En cuanto a la comunicación, es prácticamente inexistente. No hay una vía institucional, sólo un apartado del «presidente responde» cuyo último mensaje publicado data del 29 de julio de 2009.
Para acceder a un diputado se exige rellenar un formulario que desaconsejan prácticamente todas las entidades especializadas en transparencia. La presencia de algunos parlamentarios en las redes sociales permite suplir ligeramente esta carencia pero de los que están, no todos son tan activos como se requiere.
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