El futuro de UPyD en Canarias, a expensas del congreso nacional

El aguijonazo letal a UPyD, proveniente de sus padres fundadores, amenaza la continuidad de un proyecto político calcinado y con el cartel de cerrado por derribo. La reconstrucción o la defunción del partido se conocerá en abril, durante el congreso nacional, donde también se conocerá el futuro orgánico del partido en las Islas.

El pasado 20 de diciembre, mientras la mirada mediática se centraba en el inédito reparto parlamentario, UPyD tocaba fondo. Pisaba su suelo, una caída brutal en votos que en el Archipiélago solo representaba el 0.47% del electorado 4.666 votos, 20.000 menos que en 2011.

De allí hasta hoy el partido ha quedado descabezado y en manos de una gestora, una situación que ya se daba en Canarias. Mientras la fundadora, Rosa Díez, pide la disolución de la marca los miembros orgánicos de la formación esperan su remontada y ajustar su estructura en todo el Estado.

Eso también sucede en Canarias. La celebración del congreso estatal, que como muy tarde se debe celebrar a mediados de abril, es un paso necesario para rearmar el consejo político territorial en las Islas. José Luis García Morera, gerente de la gestora, expone la cronología y le da contexto: «Es necesario pasar por el congreso, donde la militancia decidirá el futuro del partido. Si quiere que sigamos adelante con una renovación interna, si cambiamos el nombre y nuestra marca ante los electores o si, directamente, nos disolvemos. Esta última es una opción que no contemplamos ni deseamos los que estamos dentro de la organización», asevera.

«Una vez decidido el futuro de UPyD se irán produciendo los distintos procesos en todas las comunidades para que la militancia elija qué modelos de partido quiere y las personas que estén al frente», aboga el político grancanario.

Tras dibujar un paisaje, en el que las voces críticas parten desde la oligarquía del partido, García Morera espera que la organización se reconstruya en Gran Canaria. «Hay intención por parte de los afiliados de sacar la situación adelante, aunque es cierto que, como siempre sucede, con los malos resultados se producen muchas deserciones», indica.

UPyD trabaja por reconstruir su proyecto político tras alejarse de las papeletas de los ciudadanos y sin tener representación en ninguna institución canaria.

Manifiesto vigente. José Luis García Morera, vinculado a la gestora de Gorka Maneiro, entiende que a pesar de los malos resultados electorales, UPyD sigue siendo una marca política necesaria en el Estado. «Nuestro manifiesto fundacional y las ideas que allí vertíamos siguen vigentes. Muchas de las cosas que otros partidos se han arrogado por el cambio político de este país, como la regeneración democrática, son ideas que trajo este partido a la vida política española», explica.

García Morera vive con pena la petición de capitulación que han dejado en el aire algunos de los antiguos jerarcas del partido, como Díez o Herzog. «Esta situación la vemos con pena y nos ha sorprendido. Porque estas palabras las han dicho miembros fundadores una vez han salido, nunca se les escuchó decir esto mientras militaban en el partido. Lo único que les pedimos ahora que se han marchado es que tengan con nosotros la misma lealtad que nosotros tuvimos con ellos cuando estaban al mando», manifestó el dirigente.

El gerente de la gestora es crítico con los antiguos responsables de la formación. «Pongo en valor la gestión que han tenido los gestores de UPyD durante los últimos años. Pero deberíamos preguntarnos qué parte de culpa tienen en los malos resultados que hemos ido teniendo en las últimas elecciones. Tenemos una base fuerte de afiliados y merecen mucho respeto. Ellos son los que deben decidir qué es lo que esperan del futuro de la organización», comentó.

García Morera desmiente a los que afirman que UPyD está en números rojos. «Nosotros siempre hemos sido muy escrupulosos con nuestras finanzas. Ahora que no estamos en el Congreso, por ejemplo, lo hemos notado económicamente, pero hemos tenido que cambiar sedes y despedir personal para ajustar nuestras cuentas».

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