El cerebro femenino responde con más intensidad ante los rostros tristes

EFE

Viernes, 17 de julio 2020, 11:38

El cerebro femenino responde con más intensidad que el masculino ante la visión de rostros que expresan tristeza o dolor, según explica la Universidad de Navarra en un vídeo divulgativo que destaca que hombres y mujeres no procesan por igual este tipo de estímulos.

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El vídeo, explica el centro académico en un comunicado, muestra cómo en hombres y en mujeres se activan regiones del hemisferio izquierdo ante caras felices, pero, ante rostros tristes o con expresión de dolor, el cerebro femenino responde con más intensidad.

El trabajo explica cómo la tristeza o el dolor físico de otros permiten medir la empatía en el cerebro humano: "Es decir, entendemos a los otros, no solo por situarnos en su lugar, sino también porque somos capaces de contagiarnos de lo que sienten", según afirma Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra.

El vídeo pone de manifiesto que, a través del rostro, podemos expresar toda nuestra riqueza afectiva, leer los pensamientos, hacernos cargo de la situación interior de la persona o reconocer sus deseos e intenciones.

En opinión de López Moratalla, "es difícil mentir utilizando los gestos naturales. Solamente personas como los buenos actores, a través de ejercicios y entrenamiento, consiguen meterse en la piel del personaje que interpretan y son capaces de transmitir a través de la expresión de su rostro determinados sentimientos de forma premeditada".

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"Y es que la empatía", añade, "implica a las mismas estructuras neuronales que procesan nuestras propias experiencias, de forma que compartimos inconscientemente los mensajes emocionales de los demás".

Esta característica innata de los gestos, señala la especialista, es lo que da lugar a que nos formemos primeras impresiones, una primera información: "En este primer paso intervienen la amígdala y la corteza cingular posterior. Después, hay veces que cambian las primeras impresiones al recibir más información. Otras se confirman y en tal caso se reactivan de nuevo ambas áreas".

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En este sentido, el vídeo explica cómo al ver el rostro de una persona de la que se sabe que "juega limpio", se activa la red neuronal de recompensa emocional, lo contrario que el rostro del "tramposo insolidario", que produce poco efecto en el cerebro.

"La solidaridad genera gozo. No solo tenemos una aversión innata contra la injusticia, sino que además nuestro cerebro está ajustado para la colaboración, que nos compensa más allá de los puros beneficios económicos", apunta la catedrática.

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