El caso Unión entra en barrena
Los peritos de las partes señalan en su informe que ninguna de las grabaciones analizadas es original, que todas fueron supuestamente manipuladas intencionadamente, y que su contenido carece de fe pública judicial. El dictamen, junto al de la Policía Científica, podría llevar a anular las pruebas y arrastrar a todo el caso Unión.
El informe encargado por las partes a expertos en acústica forense sobre las cinco grabaciones aportadas como pruebas del supuesto intento de soborno del exsecretario general del PSOE, Carlos Espino, y que dieron origen a todas las actuaciones del llamado caso Unión (diligencias previas 697/2008), es contundente al asegurar que todas están supuestamente manipuladas de forma intencionada, que no conservan su integridad, ninguna es original, y las copias que obran como pruebas en los autos no han sido adveradas (es decir, que su contenido no fue volcado en el soporte actual en presencia del secretario judicial, por lo que carecen de fe pública judicial).
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Esto significa que dichas grabaciones no podrían ser validadas como pruebas ante ningún tribunal.
El informe de los expertos deja bien claro que las grabaciones fueron manipuladas de forma no fortuita, sino intencionada.
Mientras el informe de la Policía Científica sobre tres grabaciones de audio, señalaba que, al no contar con las grabadoras originales que se utilizaron para registrar las conversaciones entre Carlos Espino y el empresario Fernando Becerra (a quien se señala como intermediario en el supuesto intento de soborno al político socialista), no se podía garantizar la integridad de las grabaciones, sin embargo el informe solicitado por las partes sostiene que estas han sido «manipuladas, por lo que carecen de integridad».
Los expertos advierten de que «la línea temporal de las conversaciones ha sido interrumpida en diversas ocasiones, no tiene la linealidad propia de una conversación continua en el tiempo», y añaden que «el examen completo de la señal no se detecta que se haya accionado el botón de pausa, sino que aparecen verdaderos cortes en la señal de audio, lo que indicaría que se hicieron después del registro de la señal de audio».
Vienen a concluir que no se sabe qué fragmentos de la conversación se han cortado, pero es evidente que se han suprimido, y añaden que se usaron programas de edición, y no de copiado, al hacer las copias de las grabaciones, por lo que los cortes pudieron ser intencionados.
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Además de que las grabaciones fueron editadas y los cortes que presentan fueron supuestamente intencionados y realizados por medios técnicos (cabe recordar que la Policía Científica detectó hasta 40 cortes en la grabación del 5 de junio de 2008, en la que hipotéticamente se registró el intento de soborno al exsecretario insular del PSOE, Carlos Espino), los expertos añaden lo sorprendente que supone que la UCO cambiara el formato de las grabaciones del sistema de archivo de audio tipo PCM/WAV (que es el que usa la grabadora que dijo Carlos Espino que le aportó la UCO) por otro formato de audio tipo Mp3, algo inaudito, exponen, si se quería mantener la autenticidad y la integridad de la prueba.
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