El Calderón, harto ya de estar harto

Más allá de pitar a los jugadores y de pedir con insultos la cabeza del imperturbable Bianchi y del presidente Cerezo, el Calderón dictó sentencia al abandonar a su pésimo equipo y dejar las gradas vacías como no se recordaba. Frente a un equipo roto y deprimido, al Zaragoza le bastó mantener el orden y esperar a la aparición de Ewerthon para ganar y acariciar el pase a cuartos de final de la Copa.

COLPISA

Lunes, 20 de julio 2020, 12:11

Si no se produce una reacción inmediata en forma de resultados o cambios drásticos, este Atlético tiene pinta de volver a los infiernos. No tiene fútbol y anímicamente está destrozado. En Liga a cuatro puntos del descenso y en el torneo del K.O. contra las cuerdas, ha perdido incluso del apoyo de su parroquia, que clama estar "!hasta los h...!" de todos. Sólo las contadas genialidades de Ibagaza y alguna correría de Petrov mal terminada animaron al semidesierto e indignado Calderón en una primera mitad tan táctica como anodina, típica de un partido de ida entre dos equipos parejos y más preocupados de pertrecharse que de lanzar una ofensiva. Los rojiblancos, sin fútbol en medio campo y presos de la ansiedad, quisieron más pero no pudieron. Gozaron de dos buenas ocasiones, pero Petrov se estrelló contra César y, Maxi, tras un pase soberbio del 'Caño', se llenó de balón. El Zaragoza, mentalmente mucho mejor, manejó a su antojo la zona ancha pero rehusó arriesgar lo más mínimo. Vio que el inofensivo Atlético apenas le amenazaba y con eso se contentó. Víctor Muñoz vio la superioridad técnica y táctica de los suyos y en el descanso decidió no esperar más ir a por el triunfo. Hizo un cambio perfecto, ya que la movilidad de Ewerthon mató al Atlético. Avisó dos veces àscar antes de que el brasileño marcase las diferencias al combinar rapidez, visión, calidad y precisión. A partir de ahí, el Zaragoza dejó pasar los minutos de la impotencia 'colchonera'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad