«El año que viene volvemos otra vez»
El amarillo tiñó los alrededores del Santiago Martín desde horas antes del derbi. Dentro, mientras llegaba la hora señalada, era mucho más grande la marea amarilla. La combinación que mandaba, por cercanía, era el negro. La de una afición tinerfeña que acudió a la cita en masa, pero que tuvo que lidiar con unas doscientas gargantas grancanarias que, aunque inferiores, se dejaron notar desde el calentamiento para arropar a los suyos.
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No era un partido cualquiera el de ayer. Ocho años han tenido que esperar para vivir de nuevo un derbi en la ACB. Y una efeméride así merecía un esfuerzo extra. Los clásicos sonaron desde el primer segundo desde la grada amarilla y azul, allí donde el Malaguita ya ocupaba su sitio como director de orquesta una vez más. Desde el «yo soy canarión» al «Pío-Pío», pasando por el «sí se puede»...
Todo ello en un duelo de gargantas desde el respeto. Tanto que al final, con el triunfo grancanario, se vivió algo inusual en cualquier recinto deportivo. «El año que viene volvemos otra vez» y «La Laguna, La Laguna» sonaron al unísono en la grada visitante... Un gesto aplaudido por la hermana tinefeña.
«Me han puesto la piel de gallina. Esta victoria va para todos ellos que nos han estado apoyando durante todo el partido», señalaba Óscar Alvarado tras el partido. No era para menos.
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