Discurso plácido, tormenta interna

«No soy un iluso, soy un entrenador y como tal dependo de los resultados», dijo Lobera tras perder frente al Almería. La Unión Deportiva ha entrado en combustión con tres derrotas consecutivas; pero la inercia errática solo ha sido alimento para un problema que ya estaba latente dentro del club.

Lunes, 20 de julio 2020, 11:24

Nadie se sorprende al conocer las divisiones que existen dentro de las familias que conviven en la estructura de la Unión Deportiva. Es una historia mil veces contada y mil veces negada. Pero en el fútbol, rara vez el discurso institucional tiene semejanzas con la realidad. Por ejemplo, aunque todos los objetivos retrataron la disensión entre Aythami Artiles y Sergio Lobera al ordenar éste su cambio frente al Almería, el central lo negó de forma rotunda. «Si le hubiera faltado al respeto no estaría entrenando con el equipo», aseguró. Nadie esperaba otra versión de su boca.

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Los ejecutivos de la Unión Deportiva que se han expresado en público no ofrecen fisuras sobre la continuidad del entrenador en su puesto. Sin embargo, el partido con el Real Madrid Castilla puede representar un punto de no retorno en el actual proyecto deportivo.

«Tras el partido con el Almería fue una noche muy larga. Depende del partido del próximo sábado el ver cómo estábamos», aseveraba una persona de Pío XII en la jornada del lunes.

Dos viernes atrás, un día antes de la victoria del Real Zaragoza en el Estadio de Gran Canaria, un miembro del club alineado en el bando de Sergio Lobera exponía por qué era tan necesario derrotar al cuadro aragonés. «Hay que ganar para tratar de cerrar estas heridas», dijo en relación a la discusión entre miembros de la entidad en el Mini Estadi sobre las críticas de parte de la comisión deportiva a Lobera y que fueron reveladas por el Diario As. «Lo más preocupante de todo es que esos conflictos ya se dan por sabidos y se toman como naturales. Eso es lo que no puede ser», significó.

En la Unión Deportiva no se aprecia la calma ni en los buenos momentos. Es un problema cíclico y que ya se ha vivido en otras ocasiones. La exigencia con la que se mide a los entrenadores desde la comisión deportiva siempre acaba generando relaciones fracturadas con casi todos los entrenadores.

Además, futbolísticamente tampoco se han aplicado códigos de conducta firmes a los jugadores de mayor ascendente. Y eso que el recurso de recuperar veteranos formados en los filiales del club casi nunca ha dado resultado. El modelo se ha vuelto a exprimir esta temporada con contratos de larga duración a piezas como Nauzet Alemán y Aythami Artiles, ambos con vínculo hasta 2017.

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Lobera ya quiso defenderse a principio de temporada. Tras la segunda fecha del calendario, en la que Las Palmas empató en su visita al Alavés, quiso aclarar en privado algunas críticas que recibía y que entendía que eran citas provenientes de miembros de la entidad. Ahora, con algún gesto de rebelión por parte de un vestuario que no está íntegramente de su lado, se tiene que enfrentar a un escenario contaminado. A pesar de que está convencido de que le avalan los resultados y que la situación del equipo, clasificado en puestos de promoción, es buena.

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