Dámaso se desprende de su obra
«Toda su obra está pasando por delante de la cámara. Los cuadros se están viendo como fotogramas. Es muy emocionante. Estoy temblando», dijo el realizador Sigfrid Monleón, que filmó ayer el traslado de unas 3.000 obras de la casa de Pepe Dámaso al almacén donde quedarán bajo la custodia del Gobierno de Canarias.
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De este modo, ayer se empezó a materializar el gran proyecto artístico de Pepe Dámaso (Agaete, 1933): la donación de su patrimonio a los canarios.
El artista prefirió no ver cómo sus creaciones abandonaban el almacén de La Isleta para ser trasladadas en camión a una nave situada en la Avenida Primero de Mayo, bajo la atenta mirada del técnico de Patrimonio, Cultura y Museos del Gobierno de Canarias, Christian Perazzone.
«Desde aquí, vi salir el camión. Pero también me reconforta el hecho de que la donación la he hecho con sinceridad y, si la he dado, la he dado ya para todos, para los de ahora y para los que vengan. Peor es que esté en el abandono y eso se pierda. Siempre será mejor que esté protegida», comentó el artista que ha donado sus 6.000 obras al pueblo canario, a través del Gobierno regional.
Desde las 9.00 de la mañana, la cámara de Sigfrid Monleón registró el desmantelamiento de la casa-almacén del artista. «Seguiremos filmando mientras se estén llevando los cuadros. Su vida está ahí metida. Hay obras principales, como tres o cuatro calaveras de La muerte (1967) que hizo para un homenaje a Óscar Domínguez, que tiene guardadas hace tantos años y se van, cuando está mas vivo que nunca», explicó el realizador, convertido en un gran conocedor en la vida y la obra de Dámaso para plasmarla en un documental que empezó a rodar en agosto. «También es su sueño. No se lo toma como un drama. Por algo lo ha hecho. La ha donado con mucha conciencia», subrayó el cineasta que valora su generosidad. «Tenía ofertas por obras y por series, pero él ha querido que eso estuviera reunido con algún propósito», dijo Monleón que retomó el rodaje el lunes en la casa del artista en Agaete, un espacio que le encantaría ver convertido en museo y que, sin embargo, cree improbable. «Eso me tiene muy dolido. Anoche vi mi casa iluminada. Tenía un aire entre Wagner y Visconti. Con poco iría. Pero me da la impresión de que no hay voluntad. Tengo miedo de que me vaya a morir y que no lo vea. Mi gran ilusión es que de los museos que contengan mi obra sea el de Agaete el primero que abra», recalcó el artista.
GUAYEDRA, ESPACIO DE LIBERTAD. La obra cinematográfica de Pepe Dámaso también se incluirá en el documental de Sigfrid Monleón a través de fragmentos o recreaciones de los espacios donde el artista filmó sus películas. Por ello, en los próximos días, se prevé rodar en Guayedra, uno de los escenarios de Réquiem para un absurdo (1980), película en la que retrató el ambiente asfixiante y represivo del franquismo. No obstante, el interés de Monleón por este paisaje es porque allí Dámaso y sus amigos encontraron un espacio ajeno a ese entorno oprimente. «Entendí que era un espacio de libertad cuando tú (por Dámaso) y tus amigos os ibais allí a hacer nudismo. No deja de ser la playa de Fernando Guanarteme, un lugar muy bonito que supo elegir muy bien», comenta Monleón sobre el enclave reclamado por el último Guanarteme a los Reyes Católicos. En aquella playa Dámaso pasó jornadas con César Manrique, Manolo Millares, Elvireta Escobio, Plácido Fleitas, Felo Monzón y su esposa Mercedes Geara. «Hasta hay fotos con Juan Hidalgo, un día que casi se ahoga Manolo Millares», recordó el artista sobre aquellos encuentros junto al mar.
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