Cristina y Rosana temen que el decreto deje a medias su tratamiento
Rosana García y Cristina Damas están casadas y son madres de un niño de tres años y medio. Cristina se sometió cuando tenía 35 años a un tratamiento de inseminación artificial en el Hospital Universitario de La Candelaria, en Tenerife, y ahora es Rosana la que está intentando quedarse embarazada. Después de cinco intentos con inseminación artificial ha iniciado el programa con in vitro. Este miércoles y tiene cita con el ginecólogo para saber si está embarazada. Si no es así, tendrán que implantarle más óvulos y esperar. Esa espera las tiene en vilo porque aseguran que sienten «miedo» de quedarse «con el tratamiento a medias», decían ayer, expectantes por lo que pueda suceder hoy, aunque creen que esta vez tampoco Rosana esté embarazada. Pero, además de temer a que la revisión que está planteando la Ana Mato de los criterios para acceder a la reproducción asistida si se es mujer pareja de otra mujer o soltera se apruebe antes de que concluyan en tratamiento, también a posibles cambios en los protocolos de los hospitales canarios por falta de medios «y se puedan reducir los intentos», dicen. Hace algo más de cuatro años, Cristina y Rosana fueron juntas al hospital a solicitar entrar en el programa de reproducción asistida, como matrimonio firmaron consentimientos y presentaron el libro de familia sin problema alguno. «Nadie puso en cuestión nuestra opción», recuerda Cristina, que considera que «las cosas han cambiado mucho y para bien en pocos años» y, aunque, de momento a Rosana tampoco le han puesto ninguna pega en el hospital, «parece que todo vaya en la misma dirección discriminatoria hacia la mujer». Critican duramente el «contenido clasista» de la revisión que propone Ana Mato.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión