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Con los ojos hay que estar en alerta

Servicio de Oftalmología de Hospitales Roque. El sol y las playas y piscinas hacen que exista más riesgo de tener problemas oculares como conjuntivitis si no se toman las medidas de protección adecuadas.

Marta Ramos

Viernes, 17 de julio 2020, 08:13

En vacaciones son muchas las horas que pasamos expuestos al Sol, que aprieta de lo lindo, y para refrescarnos nos bañamos en el mar o en la piscina, pero ¿cómo nos afecta esto a nuestros ojos? El doctor del servicio de Oftalmología de Hospitales San Roque José Luis Vilamanjó asegura que el riesgo de contraer una patología ocular se incrementa en verano si los ojos no se protegen correctamente.

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La patología estival más frecuente es la conjuntivitis, según afirma el experto. La principal amenaza para nuestra salud visual durante los meses de verano es el Sol. «La cantidad de horas de exposición solar y la intensidad del sol, que en Canarias es muy alta y eso intensifica la aparición de conjuntivitis y otras enfermedades, que causan irritación, lagrimeo y molestias», apunta el doctor Vilamajó. Como método para evitar estas afecciones, el experto recomienda proteger los ojos del sol tanto como la piel. Hacer uso de unas gafas de sol homologadas desde edades tempranas son el mejor método para preservar la salud ocular. Asimismo, el experto recomienda complementarlo con lágrimas e incluso viseras y gorros.

El uso de gafas también ayuda a prevenir los efectos adversos provocados por la arena de la playa o la calima, otros de los factores ambientales que afectan a nuestros ojos. «En verano hay una gran concentración de polen en el aire, que, sumado a la concentración de arena y calima, incrementa notablemente el riesgo de sufrir una irritación» por alergia, explica el experto. Los síntomas son «los ojos rojos, picor, ardor, sensación de arena en los ojos y secreción matinal», añade Vilamajó.

En Canarias pasamos mucho tiempo en contacto con el agua, y el agua del mar, pero sobre todo, el agua de las piscinas pueden convertirse en grandes enemigos de nuestros ojos. «El cloro y todos los elementos desinfectantes que llevan químicos producen irritación ocular, que favorece la aparición de infecciones o de conjuntivitis virales o infecciosas», afirma el doctor. Estas últimas, son las más frecuentes y son altamente contagiosas, añade. Para protegerse de ello, el experto recomienda hacer uso de gafas de nadar o de bucear y nunca abrir los ojos debajo del agua.

Si las pautas de protección no se han cumplido y la irritación persiste, Vilamajó recomienda el uso de lágrimas o de suero fisiológico para mejorar la sintomatología. Y si las molestias no cesan el experto advierte que hay que acudir a un oftalmólogo para que realice un diagnóstico y «no automedicarse».

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