Colecta para comer en Jinámar
La solidaridad se moldea en función de la necesidad: allí donde no llegan las instituciones, los vecinos responden. Incluso cuando se carece de todo, siempre hay un esfuerzo por hacer y una persona dispuesta a ello. Como el Ayuntamiento no les ayudó, vecinos de Jinámar hicieron un colecta para poder transportar 17.800 kilos de alimentos de Cruz Roja.
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La solidaridad desconoce la biología y adopta rostros múltiples, como los de Raúl de La Luz, Jacobo Suárez Morales, Ayoze Álamo («Estévez por la viejita»), Baltasar Taisma Suárez, Tony Ochando Benítez o Carlos Cedrés. Todos ellos vecinos de Jinámar; todos conocedores de la situación que se vive en este barrio fronterizo entre el olvido y la desatención, donde 356 familias dependen de la ayuda que les llega del Banco de Alimentos y de la Unión Europea. Y desde ayer, de Cruz Roja, que ha comenzado a enviar comida para aliviar el mal trago a tantas familias.
Todos ellos (Raúl, Jacobo, Ayoze, Baltasar, Tony y Carlos) se deslomaron ayer descargando el camión que les envió Cruz Roja con palés de leche, lentejas, garbanzos, potitos, cereales y queso. Pese a las dimensiones del camión y los 17.800 kilos de alimentos, desde la asociación de ayuda Guaxayra Aguarx, en la que está Basilio Hernández, se asegura que «esto sólo da para un mes y medio».
Desde esta perspectiva, en el barrio no se entiende que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria pague 1.800 euros por el mural de la Virgen del Pino en el parque Juan Pablo II de Siete Palmas, o que abone 22.000 euros por la fiesta de perros, y que por el contrario no tenga 240 euros para pagar el transporte de la partida de alimentos donada por Cruz Roja.
«El Ayuntamiento no ha ayudado nadita aquí», lamenta Basilio Hernández, «tuvimos que hacer una colecta y poner de nuestro bolsillo porque no pagaron el transporte». La única ayuda que agradecen es la del grupo municipal socialista, encarnado en la concejala Chani Ruiz, quien medió con Cruz Roja para ayudar a los vecinos de Jinámar.
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«Hablamos con (el presidente de Cruz Roja Española) Juan Manuel Suárez del Toro y al día siguiente estaban los trabajadores sociales aquí», explicó la edil, «y sobre la marcha mandaron la ayuda».
La única condición que ponían era que corrieran con los gastos del transporte. Y aquí fue donde la asociación Guaxayra Aguarx no encontró la ayuda necesaria.
Les costó encontrar dinero en unos bolsillos exhaustos por la crisis. «Unos ponían un euro, otros dos, y también recurrimos a la cuota de los socios (doce euros al año), aunque de los doscientos socios que tenemos, sólo pueden pagarla dieciocho», aclara Basilio Hernández.
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Al final la ayuda llegó con el esfuerzo de todos los vecinos.
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