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Canarias entra en el anuario de escualos

EFE

Jueves, 16 de julio 2020, 14:44

Una población de tiburones en recuperación, más gente en las playas y una temperatura del agua marina más cálida por la combinación del cambio climático y el fenómeno El Niño hicieron de 2015 un año récord en ataques de escualos a nivel mundial.

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En total se registraron 98 ataques no provocados, diez más que en el año 2000, que hasta ahora tenía el récord, y seis fueron mortales según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones (AIAT), una base de datos que gestiona la Universidad de Florida desde 1987.

George Burgess, director del Programa para la Investigación de los Tiburones de la Universidad de Florida, afirma que el incremento de los ataques no tiene que ver con una mayor agresividad de los escualos. Es inevitable un aumento cuando todos los factores que inciden en las probabilidades de un ataque están en alza, indica Burgess desde el Museo de Historia Natural de Florida y el programa que él dirige.

De los 98 ataques contabilizados el año pasado, 59 sucedieron en Estados Unidos y 30 de ellos en Florida, 18 en Australia, 8 en Sudáfrica, 4 en la isla de la Reunión (Francia), dos en Ecuador y dos en las Islas Canarias (España). También hubo casos en Egipto y Nueva Caledonia, según el informe de AIAT correspondiente a 2015. «El Niño es un factor importante», subraya Burgess, quien destaca que a los tiburones, al igual que los seres humanos, no les gusta el agua fría.

El aumento de la temperatura del mar como consecuencia del calentamiento global se ha reforzado con el fenómeno periódico meteorológico conocido como El Niño y consecuentemente el hábitat de los tiburones se amplía. En el hemisferio septentrional se aventuran más al norte de lo que solían hacerlo, explica. Aunque AIAT señala en el informe que los tiburones matan muchas menos personas al año que las arañas, los perros o la electricidad, Burgess advierte de que no por ello hay que pensar que no son peligrosos. «Son grandes depredadores a los que debemos tratar con respeto», dice este especialista.

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Por eso el informe recomienda no bañarse en el mar al amanecer, al atardecer o por la noche, no nadar donde hay gente pescando ni donde hay aves alimentándose y no meterse en el agua con joyas ni accesorios brillantes. Si el encuentro con el tiburón se produce, el consejo es golpearle en la nariz y apuntarle a los ojos y la mandíbula para que se asuste.

Si el encuentro con el tiburón se produce, el consejo es golpearle en la nariz y apuntarle a los ojos y la mandíbula para que se asuste. «No somos animales acuáticos, somos visitantes en un mundo que no es el nuestro», señala Burgess, quien opina que hay actividades, como el buceo, en las que los turistas no guardan las debidas distancias y se arriesgan.

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