Caen las primeras casas de El Sauzal a pesar de las protestas

Los vecinos de los poblados costeros de Rojas, El Cangrejillo y El Puertito llegaron a sus casetas de la playa a las siete de la mañana de ayer para intentar evitar que las palas comenzaran con las demoliciones ordenadas por la Dirección General de Costas. En el portón de la finca de Cándido Pío, la entrada de los poblados, los esperaba la Guardia Civil y unos kilómetros más abajo los aguardaban tres furgonetas antidisturbios evitar un posible enfrentamiento, que nunca llego a darse, entre los vecinos y los operarios de la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural del Gobierno canario que se disponían a ejecutar los derribos. Después de unos minutos de incertidumbre la maquinaria entró en El Cangrejillo y Rojas e inició los trabajos de demolición de 52 de las más de 200 casetas y cuevas que ocupan el dominio público de la costa de El Sauzal. Pasaban pocos minutos de las 10 de la mañana cuando comenzaron los primeros derribos ante la mirada perpleja de unos 40 vecinos que veían como lo que hasta ese momento había sido una simple amenaza se hacía realidad. En poco menos de tres horas habían caído una docena de casetas. Los trabajos de desescombro y demolición del resto de edificaciones ilegales se reanudará hoy. Las casetas que ayer comenzó a derribar la empresa contratada por la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural son todas segundas viviendas ilegales que se construyeron en la zona hace más de 40 años. Una de las casas que cayó ayer fue la de Ángeles, una mujer que no pudo contener las lágrimas al ver como la que en los últimos años fue su vivienda se convertía en escombros. «La señora Ángeles -explicaba ayer otro vecino- lleva muchos años viviendo aquí y esto no es justo... siempre nos toca a los más pobres». Los vecinos de la costa de El Sauzal, como los de La Matanza y Candelaria afectados por las demoliciones, quieren que se use el mismo rasero para todo el litoral de la Isla «y que se tiren los hoteles de Mesa del Mar [Tacoronte] y del Sur», decía ayer Domingo Luis Hernández.

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