Arena entre riscos en la costa norte

Viernes, 17 de julio 2020, 10:58

El sofoco de la panza de burro desaparece en las aguas de la playa de El Puertillo, en Arucas, en los restaurantes de su paseo marítimo y en las neveras que acompañan a los bañistas. Unos margullan, otros pescan en los riscos, algunos andan, los chiquillos intentan coger cabosos en los charcos. Es la entrada a la costa de Bañaderos.

Publicidad

La playa de El Puertillo fluctúa al ritmo de las mareas y de las olas que llegan, amortiguadas, a su rubia arena. En este rincón de la costa del Norte, entre las boyas que delimitan la zona de baño y los restaurantes del paseo marítimo, disfrutan del verano decenas de familias, que son centenares los fines de semana y unas pocas en días de chispeo y sofoco como el de este lunes.

Apta para todas las edades, la playa de El Puertillo es guardería y salón, solana y recibidor, gimnasio y terraza de los vecinos de este barrio de Arucas y de Bañaderos entero, entre otros entendidos en arena, riscos, charcos, engoos y otros palos de la baraja que se juega vestido con cholas y bañador. Parejas, abuelos con niños, familias enteras comparten el escenario sin necesidad de hamacas, rodeadas de una veintena de embarcaciones varadas. Imperan las de fibra y las de madera escasean en este hueco de la pared de roca infondeable que va de Las Canteras a Guía. Como en todo litoral antropizado, El Puertillo se divide por usos. Es más familiar y de sombrilla en la arena, y más juvenil y de toalla en los charcones que están enfrente de la playa, separados entre sí por un campo de callaos que esconde carnadas de vieja y un paseo que sirve de pista de paseo. La actividad primaria se reparte por los riscos, donde las cañas bajan y suben según piquen o no. La restauración no falta y ocupa el frente marítimo. La oferta es variada y va desde el pescado fresco al menú, pasando por el bazar para la lata de cerveza, por ejemplo. Dotada de duchas y de balneario, El Puertillo dispone a diario, desde las 11.00 y hasta las 19.00 horas, de dos socorristas, tres los fines de semana, por si acaso. La bandera verde ondea aquí casi todo el año, salvo en las mareas del Pino. Vigilan esa playa y toda la costa cercana hacia San Andrés hasta el próximo 30 de septiembre. Situada también bajo la panza de burro, esta playa recibió su denominación de los castellanos que en la segunda mitad del siglo XV entraron por aquí en la Isla, por este fondeadero de pesqueros y bergantes, de personas y de mercancías. Por aquí, cuentas las Crónicas de la Conquista, capturaron a la princesa Tenesoya mientras se daba a unos baños. Hoy sigue siendo la mejor salida al mar de Arucas, la mejor bañera estival del litoral del Norte, la plataforma de arena más segura y acogedora en esta rocosa frontera con el Atlántico, la estación principal de la costa de Bañaderos, salpicada de plataformas rocosas pobladas de burgados, piscinas mareales, charcos de sal, riscos vestidos con lapas y restos de escamas que la marea llena lavará y se llevará. Con gafas y tubo puestos, un niño persigue a la vez a una fula negra y un pejeverde mientras sus abuelos, desde la orilla, ven como crece otra generación de aruquenses margullando en El Puertillo. Sandokán, desde el paseo, observa la escena.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad