Antonia San Juan: "Quiero irme de la comedia, aunque no la abandonaré"

La actriz estará hasta el próximo 21 de enero ofreciendo en el teatro guiniguada su último espectáculo, Mi lucha. Asegura que siempre estrenará en su tierra, donde se siente "muy querida".

¿Por qué el título Mi lucha? El libro de Hitler se llama Mein Kampf, no Mi lucha. Parece que si alguien utiliza una palabra se apropia de ella. Es como con la bandera. Ahora resulta que es de la derecha. Cuando único la admitimos es en las Olimpiadas o en un Mundial. Parece que si alguien es de izquierdas tiene que renegar de la bandera. No entiendo por qué. Yo llamé Mi lucha a este espectáculo porque es mi lucha por la cultura porque la ignorancia es una pared, porque la incultura es intolerancia, dogma, religión, fanatismo, es superstición... Todo eso va en contra del individuo.

Mi lucha es diferente a lo que ha interpretado anteriormente. Quiero irme de la comedia. Me apetece otro registro. No me apetece tanta comedia y sí ir a otros lugares. No voy a abandonar la comedia, pero quiero acostumbrar al público a verme en otras cosas, no solo en los chascarrillos y las risas.

Pues parece que el público ha acogido bien ese cambio. Había hecho un avance de esta faceta en mi espectáculo anterior. Probé y vi que al público le gustaba. En Mi lucha hay bastantes partes dramáticas, pero también tiene comedia, porque la gente viene a buscar eso. Estoy en una búsqueda. Quiero ver si puedo desviar mi carrera hacia el drama y que la gente vea que tengo capacidad, pero los directores de casting no me ven como una actriz dramática, pese a que es una cosa más fácil para mí que hacer reír.

¿Por aquello del encasillamiento? Que te encasille el público, lo entiendo, pero que te encasille un director de casting es lo que no entiendo, porque debería dar por hecho que puedes hacer de todo. Lo que ocurre es que el prejuicio está en la mirada del director. Afortunadamente, en el teatro mando yo. Selecciono los textos o los escribo. Pero en el cine y en la televisión, para hacer un papel dramático o de época tengo que hacer un casting y lo complicado es acceder a él. Ya no solo es que tengas que hacerlo, sino que no puedes acceder a una prueba.

¿Se siente como un principiante? En esta profesión siempre eres un principiante. Bueno, soy Antonia San Juan, tengo un nombre, dos nominaciones a los Goya, he dirigido cine... Pero en esta profesión es el último trabajo el que cuenta. Es una continua reválida. Fíjese, si dejara de hacer teatro, cine y televisión durante un año, la gente se olvida. Esa es la realidad.

¿Ser actor o actriz es vivir en la abundancia, como algunos piensan? No sé los de antes, pero los de ahora vivimos una vida bastante normal. No somos ricos, ni tenemos propiedades. Se gana muy poco. No somos ricos o, al menos, yo no me he hecho rica siendo actriz.

Los últimos dos años han sido tiempos de cambios en su vida. Sí. Se murió mi madre, se murió Dunia [Ayaso], se me han enfermado mis perritos, me he separado... Eso te transforma totalmente. Yo siempre digo que convierto la mierda en oro. Lo que pasa en mi vida lo convierto en un diálogo, en un poema... No me quedo con eso.

¿Es eso ser artista? Soy una actriz que hace teatro con un discurso, cierto. Yo creo, y eso es una vanidad, que un discurso propio desde el psicoanálisis solo lo tengo yo, y lo traslado al escenario, a la poesía, a la pintura. En ese sentido, sí considero que hago algo distinto a la realidad. No es una mirada de la realidad ingenua. Antes de hablar reflexiono, filtro. Vivir con cierta censura hacia los demás es un síntoma saludable. Las personas que dicen todo lo que piensan son peligrosas. Hay que ser diplomáticos, para eso está el lenguaje, para poder convivir sin agredir a otros porque el lenguaje puede ser muy ofensivo.

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