30 años corriendo por la Peña

Y van 30 años que, cada tercer sábado de septiembre, Miguel Valdivia sale corriendo en soledad desde Puerto del Rosario hasta el santuario de Vega de Río Palmas. El rito es siempre el mismo: parte casi de noche, a las seis de la mañana, y por la carretera de asfalto le amanece hasta llegar antes de la misa del mediodía. Entre la primera vez con 22 años y la del próximo sábado con 52, el deportista, caminante y maestro de artes marciales ha mejorado su propia marca: de las cuatro horas iniciales ha pasado a tres horas.

Los días de Miguel Valdivia Montañez (Triquivijate, 1960) se miden en kilómetros, sobre todo cuando pasa sus vacaciones caminando por los cinco continentes y cuando comienza el entrenamiento para la carrera de la Peña. Para su propia competición del día de la Virgen de la Peña, suma 600 kilómetros de preparación en el último mes y medio. Las semanas previas a la festividad insular dedica más tiempo a correr, mientras que el resto del año se echa una carretera diaria de 20 kilómetros, «dos maratones a la semana», apostilla.

A por el pan y el azúcar. La raíz de la pasión de Miguel por caminar y correr se hunde en su infancia. «Vivíamos en la Rosa del Taro y mi madre me mandaba a comprar el pan, el azúcar, el aceite, a Triquivijate. Yo iba a ratos corriendo, a ratos caminando». También en su infancia le detectaron un problema cardiovascular que, al contrario que amedrentarlo y alejarlo del ejercicio físico, se tomó como un reto de superación.

Pero no fue hasta su regreso a Fuerteventura tras hacer la mili cuando comenzó a correr hasta Vega de Río Palmas con motivo de las fiestas de la patrona. Tenía 22 años y no ha faltado ningún septiembre a su cita con el esfuerzo y el tesón. «Voy con el corazón, que es lo más importante». En estos 30 años nunca ha tenido un percance y siempre ha recibido el apoyo de los peregrinos que casi siempre regresan en sentido contrario. «La gente se baja del coche para saludarme y animarme, sobre todo cuando voy subiendo por las curvas desde Antigua a Vega de Río Palmas». Porque el ascenso por el piche desde los Llanos de la Concepción hasta el santuario es el tramo más duro, «uff», exclama al recordarlo.

Falta valdivia. En Vega de Río Palmas le esperan, sobre todo Protección Civil, Policía Local y los asiduos al día principal. «Falta Valvidia, comentan porque saben que siempre vengo corriendo». Este año, con ocasión de los 30 años de la carrera por la Peña, quiere hacer una celebración especial en la zona de descanso de los peregrinos cercana a la ermita y entregar una placa conmemorativa al obispo.

¿El secreto? «Voluntad y constancia por encima de todo». Para que no falten ambas, seguro que ayuda la preparación física y mental que le confiere ser maestro de artes marciales.

CAMINATAS POR LOS CINCO CONTINENTES

Canarias. Todas las islas, incluida La Graciosa, las ha recorrido caminando de norte a sur. Peregrinación a Santiago. En 1999, este maestro de ninjutsu hizo el camino de Santiago desde Roncesvalles hasta el santuario gallego: 1.800 kilómetros en 18 días. Desde Roma. Al año siguiente repitió el camino de Santiago pero partiendo desde Roma, tardando dos meses y dos días en recorrer los 3.150 kilómetros que separan la capital italiana de la ciudad compostelana. Japón. A lo largo de cinco años, del 2001 al 2005, dedicó sus vacaciones de verano a recorrer el país asiático en tramos de 1.000 kilómetros cada vez. En total, 4.500 kilómetros de norte a sur y de este a oeste. Cuba. En 25 jornadas del verano de 2006, se recorrió la isla caribeña de norte a sur, en total 1.200 kilómetros. Australia. De Sidney a Melbourne (más de mil kilómetros) se puso en 26 días. África. En 2008, llegó desde Ceuta a Marrakech tras 25 días de caminata.