Notas breves sobre la economía canaria: La botella medio vacía, la botella medio llena
La posible desaceleración va a llegar a Canarias en una situación de fortalezas varias, tales como ser la región española con menor deuda respecto al PIB y partir de un déficit anterior prácticamente cero.
José Manuel Rodríguez Moral, Economista / Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 17 de julio 2020, 05:24
El Gobierno de Canarias aprobó días atrás el proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad para 2020, con "unas cuentas de acentuado carácter social", que suponen un importante incremento del gasto con respecto al presente ejercicio del año 2019.
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Para cubrir tal crecimiento de gasto, el gobierno canario pondrá en marcha varias reformas fiscales: Incremento del tipo autonómico en algunos tramos altos del IRPF, retorno a los tipos del IGIC anteriores a la última rebaja y recuperación parcial del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Se deja para mejor ocasión la tasa turística, que se vio congelada por la quiebra de Thomas Cook.
Muchos expertos temen que las medidas adoptadas asustarán a algunos contribuyentes, amén de no generar los ingresos suficientes para cubrir el incremento de gasto. Por ello, Canarias podría incumplir los objetivos de déficit. Esperemos que el el resultado final sea soportable, es decir, que esté dentro de los parámetros aceptables por las autoridades económicas española y europea.
El contexto económico que rodea a esos presupuestos es de desaceleración. El gobierno central estimaba el crecimiento de Canarias en un 1,8% en 2019, y un 1,3% en 2020. El BBVA Research rebajó hace muy pocos días tales previsiones, estimando el crecimiento para 2020 en sólo el 1,1% del PIB, colocándonos como la comunidad autónoma que menos crecerá en toda España el año próximo.
En concreto, este descenso se genera por el efecto que el incremento de riesgos en el sector turístico tiene sobre la economía canaria, principalmente por la quiebra de Thomas Cook, la decisión de Ryanair de cerrar, entre otras, dos bases en Canarias, y por el descenso de la demanda vacacional del turismo alemán y nórdico.
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Como causas más generales, BBVA Research apunta al Brexit como el factor de riesgo más importante. Las comunidades que podrían verse más afectadas son Baleares y Canarias.
No parecen buenas noticias para la generación, ni siquiera mantenimiento, del empleo en nuestra región. Hay que tener en cuenta que muchos economistas aseguran que por debajo del 1,5% de crecimiento del PIB, España no genera crecimiento del empleo, sino directamente paro. Tendremos que aplicarnos mucho en Canarias.
En añadidura a los comentarios sobre el desempleo, el BBVA Research llama la atención sobre la alta tasa de jóvenes que ni estudian ni trabajan y sobre el reto demográfico, esto es, el fuerte aumento del peso de la población de más de 65 años, aunque Canarias es la región donde menor es el peso de dicha población.
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Como consecuencia de todo ello, no parece que se puedan recuperar la demanda y el consumo, ni, por tanto, mejorar desde el mercado las duras situaciones de desigualdad y pobreza: La crisis económica ha incrementado la brecha de la desigualdad y ha colocado a un elevado porcentaje de población en franjas cercanas a la pobreza. Canarias no es ajena a ello, sino todo lo contrario, y podríamos afirmar que entre el 20 y el 25% de nuestra población se encuentra en tal indeseada situación.
Debilidades convertidas en retos y fortalezas
A pesar de lo expuesto, la posible desaceleración va a llegar a Canarias en una situación de fortalezas varias, tales como ser la región española con menor deuda respecto al PIB, y partir de un déficit anterior prácticamente cero.
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Turismo. Pese a los perjuicios económicos generados por la reciente quiebra de Thomas Cook, este suceso, lejos de quedarse en tales daños, debe ser asimilado como el detonante del inicio de nuevos retos, nuevas iniciativas y mejoras importantes en las estrategias del negocio turístico hacia una mayor diversificación, a la vez que se consiguen disminuir los riegos por la dependencia del sector de una demanda poco elástica.
Canarias es, y seguirá siendo, una potencia turística. Ser una potencia turística genera una dependencia que es a su vez el talón de Aquiles de nuestra economía. El turismo está dejando de aportar número de visitantes, mantiene niveles de crecimiento en importe de rentas generadas, pero nos enseña que debemos pensar en el futuro. Nos enfrentamos a un necesario cambio de modelo, desde la hasta ahora búsqueda de la cantidad de visitantes a la futura búsqueda de potenciación de la calidad de nuestros clientes e incremento del su nivel de gasto en destino.
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Sin duda habrá que generar nichos especializados de negocio turístico, elevar la calidad exponencialmente para poder elevar los ingresos aritméticamente... siempre a través de la mejora de la productividad y el alto valor añadido. Lo mismo ocurre con los canales de comercialización.
Para lo anterior, necesariamente, la calidad y la excelencia han de ser los objetivos prioritarios y de mejora permanente. La complacencia siempre ha sido mala consejera. ¿En qué ámbitos se debe apretar el acelerador de la calidad y la excelencia? Tres niveles: Nuestras instalaciones, nuestros profesionales y nuestro entorno.
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En cuanto a las instalaciones de servicios turísticos, con el alojamiento en cabeza, se necesita una política continuada y estable de incentivos a la mejora. En este orden estarían desde una adecuada y estable normativa urbanística, hasta un bien establecido plan de reconversión y mejora de la planta alojativa que se vaya quedando anticuada.
Respecto a nuestros profesionales, hemos de pensar tanto en la mano de obra como en la clase empresarial y los directivos. Canarias es una potencia mundial en la industria turística, y por ello, debe ser igualmente una potencia en conocimiento, tecnologías y ciencia de esta industria. Debemos ser capaces de explotar, valorar y exportar conocimiento en turismo. Es decir, Canarias debería ser, en el futuro, el referente del know-how turístico. Para lograrlo será necesaria una unión transversal de universidades y centros de formación, grandes empresarios turísticos, medios de comunicación y la administración en potenciar iniciativas de creación de valor en turismo.
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En tercer lugar, volvemos a la idea de calidad y excelencia global. La calidad global proviene de un país que mantiene la excelencia en cada rincón de toda su geografía. Y todo ello se obtiene de un urbanismo limpio y ordenado sin entornos deteriorados, un medio ambiente perfecto, de una seguridad absoluta en nuestras calles, y de una educación y simpatía de todas sus gentes.
Renovación turística, alquiler vacacional. La propiedad repartida entre muchos ahorradores/inversores privados fue en Gran Canaria el modo, hasta hace poco perfectamente válido, para generar toda la infraestructura de alojamiento turístico. Tenemos la obligación de buscar los medios para convivir y elevar y mejorar la buscada calidad y eficiencia en todos los niveles de oferta. Desde el alquiler vacacional ordenado, los complejos de apartamentos y/o bungalows, hasta los grandes hoteles y resorts.
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El pacto de las flores del actual gobierno de Canarias prometía regular definitivamente el alquiler vacacional. Aunque parezca que la crisis de Thomas Cook aconseje retrasar este objetivo, estimamos que debe abordarse (evitando guerras en el sector y controlando el fraude fiscal) para subirse al tren de los nuevos medios de gestión. Canarias puede, y debe, estar en la vanguardia del uso de la tecnología digital y comunicaciones, aplicada a la industria turística, al menos. En la economía digital no hay islas ni periferia.
Vivienda y construcción. Los problemas creados en el alquiler y acceso a la propiedad de la vivienda, se deben atemperar y mejorar en Canarias. La llegada de grandes empresas y fondos a la propiedad de suelo y unidades inmobiliarias, sólo está aportando tensiones al mercado de vivienda. Este proceso muy negativo en algunos puntos de la península, se debe evitar en Canarias. Tendremos que saber cómo fomentar la promoción y construcción de viviendas sociales, la renovación y conservación de inmuebles de todo tipo, en niveles sostenidos y estables, sin tensiones y sin el peligroso factor de concentración de la propiedad y la promoción.
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Canarias de sus ciudades. Barcelona dio un salto espectacular en su potencial como ciudad aprovechando la Olimpiada de 1992. Valencia ha conseguido una transformación exponencial en pocos años. El Bilbao de hoy no se parece en nada al de los años 70. Madrid lleva unos cuantos años en constante evolución muy positiva. Todas estas ciudades se han preparado para el verdadero siglo XXI.
Nuestras capitales canarias no han experimentado esa misma transformación y continúan en el siglo XX. Hay que poner a Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, y otras capitales insulares, en el mapa de las mejores ciudades del mundo, conocidas por sí mismas.
Tendremos que poner en marcha muchos concursos de ideas y a muchos colectivos para pensar en las ciudades canarias del futuro. Y como para ello hacen falta cantidades ingentes de recursos económicos, habremos de aprender a ser absolutamente eficientes en su uso, desterrando la habitual despreocupación política y administrativa en los costes de la obra pública.
Medio ambiente. La extensión de las energías renovables, cuidado integral del medio ambiente, reciclado de residuos, en la búsqueda de aquella calidad global habría de ser un necesario valor añadido de nuestro territorio canario en el futuro. Hablábamos en párrafos anteriores que la calidad y la excelencia como destino turístico es una tarea global y multidisciplinar. Nuevo reto: Convertir la protección de nuestro entorno en peligro y fuertemente amenazado en un estandarte diferenciador de calidad como destino.
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Empleo. Sólo una nota para el desempleo estructural. La economía canaria crea empleo, pero éste es cubierto por nuevos trabajadores y profesionales. Los parados procedentes del boom de la construcción, así como los que genera cada día el fracaso escolar, sólo encontrarán sus empleos por la vía de la educación y la formación. El poder político y la administración tienen la obligación de conseguir eficiencia de los recursos utilizados en educación y formación, abandonando programas estériles, despilfarradores, y aunando esfuerzos con otros estamentos de la sociedad civil.
Educación y formación. Sin duda los párrafos anteriores nos llevan necesariamente a la educación de la sociedad, la formación de empresarios, profesionales y trabajadores. El fracaso escolar de las clases menos favorecidas es irreversible, mientras que las clases más pudientes consiguen evitar o soslayar dicho fracaso escolar, con lo que las desigualdades aumentan. Sólo mediante un compromiso de toda la sociedad por la educación y la formación conseguiremos romper las bolsas de pobreza, paro y desigualdad.
Canarias es una potencia mundial en turismo y, sin embargo, su población no es bilingüe. ¿Cuántos colegios públicos bilingües hay en Canarias? Este debe ser un objetivo de nuestros gobernantes autonómicos, y otro reto para todos nosotros.
Administración. En el proyecto de presupuestos de Canarias para 2020, los mayores incrementos relativos se registran en el Instituto Canario de la Vivienda, el Servicio Canario de Empleo, la Consejería de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático y el Instituto Canario de Igualdad. Se necesita una administración ágil y eficiente, al servicio de los objetivos de la sociedad.
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Los poderes políticos y la administración han de pensar que sólo son el medio para canalizar la iniciativa y el interés de la sociedad en los retos de los que hablamos, facilitando y dando seguridad jurídica al camino de sus ciudadanos.
Y para convertir los retos en fortalezas y las fortalezas en prosperidad sólo hace falta algo muy importante: La voluntad de los líderes sociales en ilusionarnos a todos. Su voluntad es nuestra ilusión. Su ilusión es nuestra voluntad.
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