Oda al fútbol pragmático y la UD vuelve a oler a Primera
Fue una oda al fútbol de oficio, pragmático, de garra, de lucha y de sacrificio. Al, como algunos lo llaman, el otro fútbol. Cuando hay tanta diferencia de calidad, millones y estrellas sobre el verde, el verídico argumento de que esto es un deporte de once contra once hay que llevarlo hasta su máxima expresión para tener alguna oportunidad. Y eso fue lo que hizo anoche Las Palmas.
El partido se puso enseguida cuesta arriba. Messi, un jugador por el que verlo una vez al año en el Gran Canaria es motivo suficiente para seguir en Primera, sacó la varita y se inventó su enésima obra maestra. Falta magistralmente ejecutada, imposible para Chichizola a pesar de ir por su palo y que quitó las telarañas de la escuadra. Era el minuto 21 y la afición ya se preparaba para lo peor.
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Y pudo serlo. El Barcelona generó ocasiones para aburrir, mientras que la Unión Deportiva hacía lo imposible por tapar huecos y seguir vivo en el partido. Este equipo ha aprendido a sufrir y, en consecuencia, a competir de la mano de Jémez. Lo de la primera parte fue un ejercicio de supervivencia en lugar de rendirse y dejarse llevar por la lógica. Eso hubiera sido lo fácil, igual que cuando hace no mucho tiempo la Unión Deportiva agonizaba a siete puntos de los puestos de salvación. Lo sencillo habría sido arrojar la toalla y pensar en como salir del infierno de Segunda lo antes posible.
Aguantó y obtuvo su recompensa. Nadie se esperaba el bajón del líder en la segunda mitad, pero para aprovecharse de ello había que seguir vivo. Un embrollo en el área visitante terminó en el penalti pitado por un Mateu Lahoz que anoche se convirtió, a pesar de los seis minutos de descuento que decretó al final, en amigo de los amarillos.
Apenas un tiro permitió Las Palmas después del descanso al conjunto con más pegada de la competición. Gálvez y Aguirregaray se merecen la distinción de capitanes entre los soldados de Jémez. Se erigieron en héroes anoche y ya son ídolos en Siete Palmas. Ambos defensas llegaron de la mano del técnico y ayer, frenando a los Messi, Suárez o Coutinho, se ganaron el amor de la marea amarilla.
El valor del punto
Es un empate que sabe a oro y que tiene muchas lecturas positivas. El representativo ya está igualado a puntos con la permanencia, algo impensable hace algún tiempo. Ver al Alavés, Málaga y Levante en caída libre es un refuerzo para una UD que es el único de los de abajo que muestra signos de resistencia. Y más tras firmar tablas con el líder e invicto. Un golpe anímico que puede marcar la temporada.
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