«El mérito del Gran Canaria es hacerlo bien cada año»

— ¿Qué tal la experiencia como entrenador tras haber jugado hasta los 44 años?

— Apenas llevo tres años entrenando a este nivel en la Serie A. El primer año fue un poco complicado en Caserta porque llegué para sustituir al entrenador tras 11 derrotas consecutivas. Y las últimas dos temporadas nos ha ido muy bien con el Pistoia, un equipo en el que tenemos a uno de los bases más bajos de la competición. Terminamos en la sexta posición en la primera campaña y en ésta en séptima, jugando el Playoff y con un jugador tan bajo es para estar contento. Logramos clasificarnos para el torneo europeo, pero no tenemos la posibilidad económica de participar. Por ahora es lo mejor.

— Usted fue uno de los mejores anotadores europeos de la década de los 90. ¿Qué baloncesto le gusta practicar?

— Todo el mundo me veía como un jugador un poco loco, anotador y muy creativo, pero en estos dos años hemos terminado entre los tres primeros en el apartado defensivo. Es un equipo que defiende muy bien y en ataque dejó a los jugadores que usen el sistema, no que el sistema los controle a ellos, por lo que doy bastante libertad, pero todo empieza con una defensa muy fuerte.

— ¿Cómo es Il Diabolo en el banquillo?

— Il Diabolo ya no existe [risas], eso fue cuando era jugador, pero sigo siendo fuego y pasión en el banquillo e intento transmitírselo a los jugadores. La personalidad no cambia, pero soy diferente.

— ¿Está recuperando la Lega italiana el terreno perdido en las últimas temporadas?

— Algunos de los mejores entrenadores están fuera como Sergio Scariolo (seleccionador de España), Andrea Trinchieri (Brose Bamberg) o Ettore Messina (San Antonio Spurs), entre otros. En los últimos cinco o seis años, la competición no está bien, sobre todo económicamente y así es más duro poder competir a nivel europeo, especialmente en la Euroliga. Pero el potencial de la Liga es muy bueno, el Reyer Venezia llegó a la Final Four de la Champions y, poco a poco, vamos avanzando e intentando recuperar la credibilidad, pero todo pasa por una buena situación económica. Es un problema general en Europa, pero esta Liga sigue entre las tres mejores.

— Clasificó al Pistoia para el Playoff por segundo curso consecutivo y, además, en la presente campaña fue designado como mejor entrenador del año. Una satisfacción añadida, ¿no?

— Es una ciudad muy pequeña de 60 mil habitantes y tenemos una cancha que no llega a cuatro mil espectadores, pero en la que es muy difícil ganar porque la gente anima mucho. La experiencia está siendo increíble y es una gran satisfacción personal poder ser el mejor entrenador de la Serie A en tan solo tres años.

— ¿Tiene pensado seguir su carrera en Italia o se plantea probar en otra liga en próximos cursos?

— Hace una semana renové por dos temporadas más, pero tengo una cláusula para ejecutar en un tiempo razonable para salir fuera del país. Tengo una familia mitad canaria y mitad estadounidense. Si sale la posibilidad de dirigir fuera, creo que la cogería, pero me encuentro muy cómodo en mi actual club.

— Disputó 15 partidos con el Herbalife Gran Canaria en la temporada 2001-2002. ¿Sigue la ACB?

— La sigo porque me considero medio español, ya que mi mujer es canaria y tengo muchos amigos. En su momento, la Liga Endesa era la competición mejor organizada y la más espectacular, pero también Alemania, Grecia o Turquía son competitivas, De todos modos, que haya siete u ocho equipos de muy buen nivel no lo tiene ninguna en este momento, tampoco la italiana. Por eso, veo los partidos de la ACB y sigo a los americanos por si hay posibilidades de traerlos.

— Ese año aterrizó en la isla para certificar la permanencia de una entidad claretiana que ahora compite en los puestos de privilegio. ¿Cómo valora la evolución?

— El Granca ha cambiado un montón, totalmente. Cuando jugué en la isla era un equipo que luchaba para mantenerse y ya lo conoce toda Europa porque destaca en la ACB y también en la competición europea. En los últimos cinco o seis años se ha convertido en uno de los cinco mejores de la competición y encima gana títulos como la Supercopa. Siempre termina entre los primeros, lo que significa que el club está trabajando muy bien, que no es algo puntual. El mérito es hacerlo bien cada temporada, ha encontrado la continuidad.

Referente ofensivo

El anotador de Caserta fue la apuesta del Herbalife Gran Canaria para salvar la categoría en el curso 2001-02. Sus números fueron espléndidos con 20,6 puntos de media en los 15 partidos que disputó y su anotación más alta se produjo ante el Fórum de Valladolid (100-102), en un compromiso en el que convirtió 46 puntos. Esposito se desvinculó dos semanas antes de finalizar la temporada. «Me ficharon para meter puntos y lo hice [risas]. Fue una experiencia increíble porque me encantó la isla, la ciudad, el club, la afición y conseguimos el objetivo. Sigo teniendo una buena amistad con Berdi Pérez (director deportivo) y más gente del club. Es un equipo que llevo en el corazón», recuerda.

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