«Me interesa la literatura con paisajes morales difíciles»

En la presentación de la obra en Barcelona, Giralt Torrente, nieto del escritor Gonzalo Torrente Ballester, dijo que aunque los nueve cuentos no tienen un hilo conductor, «sí hay un poso que le da aspecto de novela, desde la propia estructura, con alternancia de longitudes; con unos temas y matices que se repiten a lo largo del libro; y con unos narradores que tienen distintas vidas, porque intentaba que hubiera una variedad en ese mosaico familiar».

En esa variedad, el autor recurre a hermanos y hermanas, que para Giralt Torrente, «como hijo único, siempre han sido un misterio».

El autor dibuja familias variadas, contadas por «narradores que son como un mismo narrador con distintos trajes».

Con esta estrategia, Giralt Torrente se aleja de la otra opción, que consistía en «tejer esa novela a partir de personajes que saltaban de cuento en cuento».

Para el escritor, «la realidad siempre es incompleta, es deficitaria; falta una llave maestra que revele el plano secreto de la realidad».

Mudar de piel (Anagrama) concede a todos los personajes «reconciliarse muy sutilmente con esa realidad que se les muestra compleja».

Los cuentos más breves del volumen son como «pequeñas estampas de memorias», y esos relatos breves, referidos al padre, el tío o la madre, nacen del libro Mi vida querida, de la escritora Alice Munro.

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