Martín Moreno, el eterno cineasta

Uno de los cineastas pioneros en las Islas fue el grancanario y galdense Martín Moreno, cuyo verdadero nombre era Francisco Pérez García, aunque también conocido en su pueblo como ʽPaco, el de la fondaʼ, pues sus padres regentaban el hostal del lugar, ms conocido como La fonda.

Desde niño fue atraído por el mundo de la información y las artes escénicas, amando el cine con una pasión inusitada. Disfrutaba de las producciones americanas que proyectaban en el teatro-cine de su pueblo, siendo en este entorno donde su pasión por el séptimo arte nació para permanecer hasta el final de sus días. Allí, en ese teatro trabajó durante años realizando las tareas propias del negocio, donde, además, aprendió a manejar el proyector y desde la pequeña cabina donde este se encontraba soñó con llegar a ser un gran director de cine en Hollywood.

De joven estudió para maestro nacional, trabajó como periodista en La Provincia y comenzó a interpretar y dirigir teatro, tanto en Gáldar como en Las Palmas de Gran Canaria, hasta que la Guerra Civil Española se lo impidió.

Una vez finalizada la contienda, mientras servía a la patria bajo el mando del general Francisco García-Escámez preparó una serie de proyectos cinematográficos sobre las Islas Canarias, auspiciados por el Mando Económico Militar. Su amistad con García Escámez y la intención de mostrar una visión hermosa de nuestra tierra, convenció al general para darle el apoyo económico suficiente para acometer tal proyecto.

Por cuestiones de la mala fortuna, las ayudas que prometió el Mando Económico Militar no se llevaron a efecto y Moreno se vio obligado a crear su propia productora cinematográfica de la mano de otros dos amigos del teatro llamados Nicolás Puga, dueño de la famosa Sastrería Puga en la calle León y Castillo, y Rafael Cruz. Entre los tres dieron vida a Drago Films Producciones Cinematográficas, en mayo de 1946.

Drago Films produjo un total de tres cortometrajes bajo el nombre de: Gran Canaria; Canción del Nublo y Teide gigante, que pretendieron ser la antesala de otros proyectos de mayor envergadura, ideados todos por Martín Moreno, que además de escribir los guiones, también los dirigía.

El documental Gran Canaria recogía una visión general de la isla y de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, mostrando sus características principales, tanto en lo geográfico, económico, deportivo o cultural.

Canción del Nublo resaltaba, a modo de comedia musical, las costumbres alrededor de un pueblo agricultor que rinde pleitesía al Roque Nublo, por el contrario, es en Teide gigante donde se dotaba de majestuosidad el Teide, como estandarte de Tenerife, en un género que Moreno mismo denominó «poema de imágenes».

La historia de la productora comenzó y terminó en el mismo año. Nunca más produjo nada a pesar de haber intentos por lograrlo. Solo quince años después Moreno filmó un documental sobre su ciudad natal, de título Gáldar, con motivos turísticos. Hoy en día la película se encuentra en paradero desconocido aunque se ha encontrado una copia defectuosa en vídeo.

A Martín Moreno se le recuerda especialmente por su última etapa como cronista y periodista debido a sus magníficos escritos en prensa bajo el título de Siesta de memorias. Sin embargo, apenas se conoce sus avatares como cineasta o actor, entre sus tantos oficios. Jamás dejó de soñar con el cine y seguramente, allá donde esté, se encontrará rodando su mejor película.

(*) El libro Martín Moreno, el eterno cineasta, de Boris W. San Juan, se presentará el día 25 de octubre en Gran Canaria Espacio Digital, con motivo del Día Internacional del Patrimonio Audiovisual.

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