Sílvia Pérez Cruz vuelve con Marco Mezquida
La cantante natural de Palafrugell, Sílvia Pérez Cruz (Gerona, 1983), y el pianista menorquín Marco Mezquida (Mahón, 1987) decidieron unir sus estilos, en apariencia muy diferentes, en un mismo espectáculo que tuvo su puesta de largo durante la edición del pasado año del festival de Peralada.
V.S.A./ Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 16 de julio 2020, 17:12
Aquel cruce de caminos artístico recalará el próximo mes de junio en el archipiélago canario. En concreto, el día 15 de junio tocarán en el teatro El Salinero de Lanzarote, y al día siguiente repetirán en el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria, a partir de las 20.00 horas. Las entradas para el segundo ya están a la venta en los canales habituales de la Fundación Auditorio Teatro, que gestiona ese espacio y el Pérez Galdós.
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Este espectáculo supone el regreso de la cantante catalana al recinto de la playa de Las Canteras, donde se estrenó en el verano de 2017, cuando protagonizó el espectáculo Vestida de nit.
En aquella ocasión, esta artista tocó junto al quinteto de cuerdas que integran: Elena Rey (violín), Anna Aldomà (viola), Carlos Montfort (violín), Miquel Àngel Cordero (contrabajo), y Joan Antoni Pich (violonchelo).
Ahora lo hace junto a un reputado pianista que también ha visitado el Alfredo Kraus, para el ciclo El Rincón del Jazz.
Mezquida cuenta con una carrera tan ecléctica como el espectáculo que protagoniza ahora con Sílvia Pérez Cruz. Se ha labrado una reconocida carrera en terrenos tan dispares como el jazz, el rock, la música impresionista, popular y la improvisación. Éste último apartado es uno de los vértices sobre los que se sustenta este nuevo espectáculo, donde la «espontaneidad», dicen ellos mismos cobra protagonismo.
Pérez Cruz y Mezquida abordan juntos un repertorio tan variado como sorprendente, donde se dan la mano con naturalidad temas como My funny Valentine y Vestida de nit, junto a ritmos más brasileños como los que incluyen Asa branca o Menina. No falta el lamento latinoamericano de La llorona, guiños lorquianos como El niño mudo y Pequeño vals vienés, así como No surprises, de Radiohead.
Todo, tamizado bajo la óptica muy personal de dos artistas que han conseguido cautivar al público con una propuesta musical de casi dos horas de duración, que parece destinada a un público minoritario pero que cautiva a todo el que tiene la fortuna de escucharla.
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