Cuando el cine es solidario

«Todos los beneficios que se recauden con El último día se destinarán a la Fundación Alejandro Da Silva, que lucha contra la leucemia y que busca mejorar la vida de los niños que intentan superar esta enfermedad», aclara Marrero, director y guionista de este filme.

Hay otra cuestión importante que diferencia aún más este filme de otras producciones cinematográficas. «Se trata de una inversión absolutamente privada. No contamos con ayudas de las instituciones públicas. Ni las hemos pedido. Hacemos la película gracias al apoyo de muchas empresas privadas, que colaboran con nosotros de distintas formas. También hemos puesto en marcha una campaña de crowdfunding [micromecenazgo] a través de la página web: www.lanzanos.com/proyectos/elultimo-dia/», explica.

Subraya Marrero que no se trata de un proyecto de aficionados, ya que los profesionales que participan cobran por su labor. «Participan cerca de 40 actores, incluidos figurantes, además de los técnicos. Comenzamos a rodar hace un mes. Lo hacemos generalmente por las tardes, ya que por las mañanas no podemos contar con los niños que participan en la historia», comenta.

La historia de El último día arranca con un matrimonio homosexual, que ya conseguida la estabilidad adopta a María. Cuando todo parece que al fin va sobre ruedas, la niña se desploma. En el hospital descubren que sufre leucemia y en el propio recinto sanitario la pequeña comienza a sufrir acoso por parte de otros niños, debido a la condición sexual de sus padres.

«Buscamos nuestro granito de arena con la película para mejorar las condiciones de vida de los niños que sufren leucemia. He trabajado casi año y medio con el guion», reconoce el director de El último día.

La segunda planta del Hospital Militar, un barco cedido por la naviera Armas, las dunas de Maspalomas o el Sioux City son algunos de los lugares en los que ya han rodado. Apunta el joven cineasta que filman «en 5k, con una cámara especial, ZCAM E2, adquirida en Estados Unidos, con la que se logran unos matices y unos colores extraordinarios».

Yanai Cruz da vida en la ficción a la niña protagonista. «Está muy capacitada. La seleccionamos tras un castin. Es muy expresiva, memoriza muy rápido y trabaja muy bien delante de la cámara», dice el director.

Francisco Vázquez encarna a Edgar, un paciente de ese hospital con el que esa niña encuentra una vía de escape. «Es un regalo de personaje», reconoce.

Los actores Iván Álamo y Ragüel Santa Ana dan vida a los padres de la pequeña en esta ficción, cuyo estreno está previsto para verano.

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