Echando en falta el Ironman Lanzarote

De no haber sido por la crisis sanitaria generada por el coronavirus, la localidad de La Santa debería estar viviendo en este fin de semana una frenética actividad a consecuencia de la celebración del Ironman Lanzarote, con organización principal a cargo del Club La Santa. Esta competición, que cada año suele contar con más de 1.500 inscritos, hace que ya desde los primeros días de mayo sea común la presencia en la zona de muchos participantes y de acompañantes de los mismos, acentuándose la circunstancia en el fin de semana en que se hace la prueba, de enorme prestigio internacional, dado que se trata del Ironman más antiguo de Europa.

Un simple paseo por la principal localidad costera de Tinajo, con un censo de más de 1.000 vecinos, sirve para comprobar hasta qué punto depende la economía local de que opere a buen ritmo el gran complejo alojativo junto a la isleta, capaz de dar acomodo a 1.600 huéspedes. Tomarse un café en alguna terraza resulta complicado. La restauración de la zona apenas si está operando, a expensas de que los turistas vuelvan a dejarse ver. Verde Mar, El Quemao, Salmarina, Los Delfines, Río Azul y Los Delfines son algunas referencias que están a la espera de que lleguen tiempos mejores. Y detrás están los pescadores de la zona.

Las capturas de los barcos de La Santa, pequeños navíos adaptados al recoleto muellito del lugar, se han visto sensiblemente recortadas esta primavera, reconoce Iván Hernández, uno de los más veteranos de la profesión. «No hay bares, no hay restaurantes; y se nota en las ventas», precisa mientras arregla material en compañía de otros profesionales. No obstante, tampoco se ha parado al completo la actividad, para de este modo surtir de muy buen producto fresco a los habitantes locales. Incluso hay quien tiene la suerte de tener demanda desde otros puntos de Lanzarote.

Junto con la restauración en general, hay otros negocios que también se ven estos días afectados por la ausencia de visitantes. Está cerrada la actividad dedicada al alquiler de bicicletas y no está en servicio la tienda tan bien situada en el centro de la localidad vinculada con cosméticos a base de aloe vera. A cambio, está plenamente operativo, funcionando también en las mañanas dominicales, el único supermercado del lugar, con personal atento y eficaz, para que así se respeten las normas establecidas para operar en el lugar. Se ha fijado un máximo de cinco clientes a la vez.

Volviendo al referente económico de la zona, el hecho de que no haya clientes en el Club La Santa ni mucho menos supone que esté cerrado a cal y canto el establecimiento. De una parte, porque en el mismo siguen residiendo diferentes monitores deportivos; quienes a diario se ven acompañados de personal de mantenimiento y operarios que están ejecutando obras de mejora. De otra, porque también está trabajando personal de oficina, para dar atención a muchos potenciales clientes deseosos de poder alojarse de nuevo en el recinto. Y por si fuera poco, es común la actividad del equipo dedicado a organizar actividades, con Fabio Cabrera al frente, como director de eventos.

En este último apartado, estos días es cierto que han variado los objetivos, por la obligada cancelación del Ironman Lanzarote 2020; pero ya hay nuevas metas, para que de nuevo se pueda dar una estupenda imagen en cuanto la actividad competitiva se normalice. «Detrás de cada cita hay un montón de cosas que no se ven», cruciales no obstante para que el éxito sea factible. Y conscientes de ello, el equipo que encabeza Fabio Cabrera está aprovechando esta primavera para ir coordinando futuras citas. Como primer objetivo, que salga redondo el Ironman 70.3 a celebrar en octubre. Del que prosperen sus intenciones buen provecho sacará La Santa fijo.

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