Contra la presencia masiva de cazadores majoreros
La Sociedad de Caza pide coordinación con la primera institución de Fuerteventura y que se acorte la veda los mismos días en las dos islas, para evitar un trasvase de cazadores a Lanzarote
El posible cierre de la veda de caza en la vecina isla de Fuerteventura, ante la escasez de especies cinegéticas en especial de la perdiz moruna, ha encendido las alarmas en el sector de cazadores de la isla, ante una posible avalancha de aficionados provenientes de la isla majorera.
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Desde la Nueva Sociedad de Cazadores, que preside Antonio Félix Fernández, se piden medidas correctoras para evitar el impacto a que se vería abocado el campo de Lanzarote, en el caso de que en las próximas semanas finalmente el Cabildo de Fuerteventura tome medidas para reducir las jornadas de caza en lo que queda de campaña.
Durante el pasado martes, los representantes del sector mantuvieron un encuentro con el máximo responsable en materia de caza del Cabildo, Antonio Morales, para anticipar posibles medidas que corrijan el desequilibrio que ocasionaría una afluencia masiva de escopetas provenientes de la isla vecina.
En la entidad que preside Antonio Félix Fernández existe la convicción de que la decisión que se adopte en la isla vecina tendrá consecuencias directas y contribuirá a incrementar la presión en el campo de Lanzarote, que se encuentra en sus peores momentos en cuanto a número de conejos y perdices. «Por eso tenemos claro que cualquier decisión que se adopte aquí, pasa por coordinarse con lo que se decida en Fuerteventura», dijo ayer el presidente de los cazadores, quien indicó que tras el encuentro en el Cabildo se acordó esperar a ver qué acuerda el gobierno insular de la isla vecina, para adoptar medidas concretas, que vayan en la misma línea, mientras el consejero del área valora con los técnicos la situación del campo y sus especies.
Las opciones, en el caso de que finalmente se acuerde el cierre de la veda en Fuerteventura, pasan, según propone el sector, a través de la sociedad de Cazadores, por coordinar la reducción de jornadas en ambas islas, de forma que los mismos días que se limite la caza en Fuerteventura se haga conjuntamente en Lanzarote. De este modo se pretende evitar una sobrepresión en el campo de Lanzarote, explicó ayer Antonio Félix Fernández. De ahí que en los próximos días se va a pedir una reunión con los responsables de caza del Cabildo de Fuerteventura.
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Según Fernández si no se actúa de esta forma Lanzarote no va a soportar la llegada de unas 70 escopetas de la isla vecina, unas 40 más del resto de Canarias, que a una media de cuatro perdices por cazador suponen una presión excesiva, unidas a las 760 licencias de residentes.
La propuesta parte del agotamiento que vive el conejo en Lanzarote, diezmado por la epidemia de la hemorragia vírica, con hasta un 50% menos de especies según las zonas, y la perdiz, también muy diezmada por ser un año con una cría irregular que ha diezmado a la especie.
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