El último mataculebra de Melián

Alumnos de 4º de la ESO del IES José Frugoni Pérez se pasaron la mañana de este miércoles tocando y cantando por las 26 clases del centro. Dirigidos por Antonio Melián, escenificaban el ritual afrocubano del Mataculebra. Así llevan 18 años. Es parte del legado que deja Melián, que se jubila este curso.

Viernes, 17 de julio 2020, 01:00

Iban en fila, ataviados con la indumentaria de los esclavos cubanos, de blanco, con los rostros tiznados y con sombrero. «Aquí vamos los negritos / tori chicos / a echar candela / Calabazón son son / que la culebra la mato yo». Este cántico les servía de presentación cada vez que entraban en las aulas. Y una vez situados, con los tocadores y cantadores desplegados por los laterales de la clase, un alumno que hacía de mayoral, con un látigo, y otro de esclavo negro, que llevaba la culebra, iniciaban un diálogo ritual. «¡Mátala, negro!, ¡Que no la mato, mi amo!». Y el resto coreaba Calabazón son son. «Mire usted esa boca / que parece una cueva», le respondía.

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El ritual se repetía una y otra vez, a modo de letanía. Melián, vicedirector y profesor de Artes Escénicas, les marcaba el tiempo. En medio del corre-corre entre clase y clase le dio tiempo a apuntar que esta tradición empezó a representarse en este instituto de La Rocha de la mano de la Escuela Municipal de Folclore, de uno de sus monitores, Jorge Vega, ya fallecido. A Antonio le gustó tanto que antes y después puso todo de su parte para que cada carnaval les visite el Mataculebra, un antiguo ritual que llegó a Canarias, a Puerto de la Cruz, en Tenerife, a finales del siglo XIX de la mano de emigrantes canarios y que en realidad recrea una expresión burlesca contra la injusticia del sistema esclavista. La culebra a la que pide matar el mayoral es la esclavitud.

Ovación y placa para el vicedirector

Algo se olió Antonio a eso de la una de este miércoles, cuando acabó la tournée del mataculebra. Experto como es en sorpresas y en tinglados, tuvo el pálpito de que le preparaban algo. «Pero no me imaginé eso, con todos los alumnos allí, fue como en una película». Sin que lo supiera, escolares y profesores se arremolinaron en el hall justo antes de acabar las clases y le recibieron con una tremenda ovación. Le regalaron una placa y el compromiso de seguir matando la culebra cada carnaval. Melián se jubila en julio con 60 años. Cumplirá este curso 27 años en este instituto, todos los que en su vida dedicó a la docencia. Con el título superior de viola en el Conservatorio de Música de Las Palmas, formó parte 9 años de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y colaboró con la Sinfónica de Madrid y la de Tenerife. Pero en 1991, a los 33 años, decidió probar en la docencia. Entró en el José Frugoni y ya no volvió a la orquesta. También estuvo dando clases en la extensión de La Rocha en Valsequillo y en el primer año de la Logse en el Antonio Cabrera Pérez. «De aquí me llevo un sinfín de buenas experiencias». Fue vicedirector casi desde el inicio.

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