Maspalomas presume de arena

La playa de Maspalomas, en el entorno del Faro, presenta estos días uno de sus mejores aspectos, tras haber recuperado de forma absolutamente natural, como consecuencia de las sumas de las mareas y los vientos alisios, toneladas de metros cúbicos de arena. El nivel del árido acumulado es de tal magnitud, que no solo ha cubierto el callao existente en la zona sino que ahora hace posible pasar caminando de un lado al otro en la franja costera, frente al espigón del emblemático faro.

El más inmediato beneficiado de todo esto es el turista. Los miles de visitantes extranjeros que pasan sus vacaciones estos días en el Sur, cuentan con mucho más espacio para tirar la toalla y disfrutar del sol así como de las agradables temperaturas de otoño que están acompañando el comienzo de la temporada alta.

Para tener el crecimiento que presenta, la playa ha pasado por un proceso de cambios en los que en modo alguno interviene la mano del hombre.

Sistema. La playa se alimenta del sistema dunar de Maspalomas, formado por la playa del Inglés, la playa de Maspalomas, el propio campo de dunas, su morfología de fondo marino y las condiciones meteorológicas que le afectan. Es decir, es un sistema que responde a la interacción de diversos factores distribuidos espacial y temporalmente.

En tiempo de noreste, la playa de Maspalomas crece gracias a la aportación de arena fruto del transporte litoral (ocasionado por el mar) desde la punta de la Bajeta y del propio transporte eólico de arena desde las dunas. La suma de esa arena provoca el crecimiento y el embellecimiento de la playa de Maspalomas.

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