Casi año y medio a la espera de un local

La Asociación Vecinal y Solidaria de Arenales, Avesar, aguarda desde julio de 2017 que el Ayuntamiento le ceda un local para desarrollar su labor. En la actualidad atiende a 172 familias en un espacio alquilado gracias a la ayuda de un empresario

Jueves, 16 de julio 2020, 22:50

Los 30 metros cuadrados del local que desde el 15 de diciembre del pasado año tiene como sede la Asociación Vecinal y Solidaria de Arenales, Avesar, en la calle Alfredo S, Pérez, gracias al apoyo altruista de un empresario de la capital, se han quedado pequeños para atender a las 172 familias -entre las que se incluyen 72 menores- a las que ayudan con alimentos y ropa.

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«Dentro de nada tendremos 178 familias dadas de alta», explica José Antonio Silva, presidente de esta organización que integran 14 voluntarios y que cuenta con el respaldo de otras muchas personas y entidades que colaboran con la aportación de alimentos pero también de otros artículos necesarios para estas personas, entre las que se encuentran «muchas mujeres víctimas de violencia de género» e «inmigrantes sin papeles».

Silva explica que «el local ya no da para más», y aunque el empresario que paga su alquiler les ha garantizado la continuidad de su ayuda la asociación no quiere abusar de su generosidad, sino que el Ayuntamiento atienda de una vez la petición que presentaron en julio de 2017 de cesión de un espacio para continuar con el trabajo que ahora mismo desarrollan «con personas que nos llegan derivadas de los Servicios Sociales municipales».

Recuerda que en abril de este año el propio alcalde asumió el compromiso de buscar una solución a su demanda y que julio mantuvieron un encuentro con los concejales José Eduardo Ramírez y Javier Doreste, pero siguen a la espera de una cesión que no llega. Por eso, este martes la asociación remitió un nuevo escrito al consistorio exponiendo su situación.

«El local está planificado al centímetro», dice en alusión a que se aprovecha cada espacio disponible de sus 30 metros cuadrados para albergar las casi 10 toneladas de alimentos que en estos momentos tienen almacenadas, tras la donación que les ha llegado «de Europa», y que reparten en las donaciones de productos no perecederos que llevan a cabo con periodicidad mensual.

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Pero además, cada viernes de madrugada los voluntarios acuden a Mercalaspalmas a recoger alimentos frescos que reparten ese mismo día por la tarde entre sus beneficiarios. Frutas y verduras que son fundamentales para unas familias que de otra manera no podrían acceder a estos productos. Sin embargo, Silva lamenta que estas personas, que incluso llegan de barrios como El Polvorín y La Paterna, deban esperar en la calle para recibir los productos porque no hay espacio para que sean atendidos en el interior del establecimiento «con algo de privacidad».

Apunta que algo similar sucede cuando reciben los alimentos que se les dona, ya que deben ocupar la calle hasta que los voluntarios proceden descargar los palés y a introducirlos en el local. Por suerte, reconoce, «esta es una calle tranquila y tenemos a los vecinos de nuestra parte».

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Señala que la organización busca «que la gente levante cabeza, no solo alimentarles, que la gente vuelva a tener dignidad y llevar una vida normal». Para eso considera imprescindible desarrollar una labor de formación y asesoramiento, celebrando cursos y dándoles un apoyo que en las actuales condiciones no pueden llevar cabo por las limitaciones del espacio. «Esto no es caridad», destaca Silva, «nosotros tenemos que hacer ciudadanía y levantarles el animo y decirles que sí importan».

Así, indica que mantienen informadas a estas personas sobre ofertas de trabajo y curso de formación e incluso colaboran con un centro de formación ubicado en la calle Pérez del Toro.

Insiste que la demanda que hacen al Ayuntamiento de un espacio mayor les permitiría «trabajar la inclusión» y asesorar a las personas que ayudan. Pone a modo de ejemplo la charla que ofrecieron sobre los trámites a realizar para solicitar el bono social de la luz y que tuvieron que celebrar en un espacio prestado «porque «acudieron 74 personas». Silva no entiende que el Consistorio no responda «porque tiene locales, qué les cuesta».

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