La madre de las romerías mengua
La madre de las romerías de Gran Canaria, la de la víspera de la festividad del Pino, resultó ser una de las menos multitudinarias de sus 66 ediciones. Unas 15.000 personas asistieron a la ofrenda en el casco de Teror, cuando la afluencia habitual no bajaba de 20.000.
Jesús Quesada y Teror
Jueves, 16 de julio 2020, 14:28
El escaparate multicolor de devoción, canariedad, tipismo y folclore que cada 7 de septiembre discurre entre el Castañero Gordo y la basílica, en la villa mariana de Teror, para rendir homenaje a la Patrona de Gran Canaria fue ayer uno de los menos concurridos de su historia. Frente a las 25.000 personas contadas en ese recorrido en anteriores ediciones, 20.000 en los años más flojos, ayer se estimó una afluencia de 15.000 almas.
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Y eso que el tiempo acompañó, despejándose el cielo que había estado nublado hasta entonces nada más salir la imagen de la iglesia, a las 16.05 horas, para recibir las ofrendas de los grancanarios. Y que no solo acudieron los 21 municipios de la isla y el Cabildo, sino también representaciones de las otras siete islas del archipiélago. Sin incidentes dignos de mención, con todas las carretas en perfecto estado y un dispositivo especial de guaguas de ida y vuelta, la romería también transcurrió más lenta de lo habitual.
No obstante, la menor participación y velocidad no restaron un ápice de espectáculo a la madre de las romerías de Gran Canaria, que dejó 15 toneladas de alimentos en el interior de la basílica de las que ya están dando buena cuenta ONG y entidades sin ánimo de lucro.
Precedida por la corporación de Teror y 100 ovejas de Osorio y El Álamo, de los ganaderos Manuel Ortega y Enrique Naranjo, la romería resultó ser un baño de folclore, tipismo y fe, un remanso de complicidad compartida y un festín inigualable de productos de la tierra.
La decisión de cerrar completamente al tráfico el principal acceso a Teror, la carretera GC-21, entre las 19.00 y las 02.00 horas de hoy viernes, invitó a miles de grancanarios a retrasar su visita a la villa mariana hasta la caída de la tarde. Legiones de peregrinos caminaban al encuentro de la Virgen del Pino entrada la noche y hasta el cierre de esta edición. La madrugada de hoy fue larga, musical, andariega y multitudinaria.
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Entre las novedades, la presencia de varios camellos procedentes de Lanzarote, lo que no ocurría desde el año 1974. Y la de guardias civiles armados con metralletas automáticas.
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