La diocalandra avanza y sube por el sur a los palmerales del interior
La plaga llega a 14 de los 21 municipios. Las cuencas de Arguineguín y Veneguera y las palmeras de Arteara y Gambuesas están seriamente afectadas. El Cabildo actualiza su impacto.
El avance del escarabajo diocalandra frumenti hacia el interior de la isla por las cuencas en las que se desarrollan los palmerales naturales sigue adelante, pero no es igual en toda Gran Canaria. Mientras en la zona sur y sus medianías altas ha sido imparable, en el norte se mantiene en cotas inferiores debido a la probable incidencia húmeda de los vientos alisios.
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Esa es hoy la realidad de una plaga detectada por primera vez en la isla en Maspalomas, en 1998, hace ya 21 años, según el estudio encargado por el Cabildo para actualizar su incidencia en los palmerales naturales y rurales y el alcance de su afección.
El estudio prospectó 7.725 palmeras de 189 polígonos y realizó 657 fichas de campo en todos los municipios, concluyendo que está presente en 14 de los 21, con diferentes grados de afección. Los otros 7 están libres del escarabajo.
El estudio determina que, aunque la plaga está muy extendida en toda la franja litoral y en jardinería urbana, y a pesar de que ya hay palmerales silvestres afectados, existen todavía importantes palmerales libres de diocalandra, como buena parte del barranco Guiniguada-Santa Brígida y gran parte de la cuenca del barranco de Tirajana, donde se concentran cerca de la mitad de las palmeras silvestres de la isla.
La plaga afecta a todo el perímetro insular hasta una cota de 200 metros de altitud, aproximadamente, sobre todo a palmeras urbanas y de jardinería, pero también a palmerales naturales del sur. Están seriamente afectados el oeste y el sur, como las cuencas de Arguineguín o Veneguera, y palmerales emblemáticos de gran tamaño como los de Arteara, El Aserradero, Ayagaures y Gambuesas.
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En el sureste la afección llega hasta Corralillos, en Agüimes, y los palmerales de Temisas y de la cuenca de Tirajana pueden considerarse libres, salvo de forma incipiente en el entorno del Ingenio de Santa Lucía y de La Fortaleza.
En la zona centro-norte la plaga se mantiene en cotas inferiores aunque está muy extendida en la capital y las cotas bajas de Arucas y Moya.
Dada esta «grave» afección, el consejero de Medio Ambiente del Cabildo, Miguel Ángel Rodríguez, ha exigido al Gobierno canario que con carácter urgente declare esta plaga como especie exótica invasora al objeto de evitar la desaparición de la especie phoenix canariensis en Gran Canaria. Del mismo modo, los especialistas del Cabildo recomiendan extremar las precauciones y evitar en lo posible las podas o talas sin esterilizar adecuadamente los instrumentos y la ropa de los operarios antes y después del trabajo.
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