El incendio de la cumbre, «lo nunca visto» en la isla
El incendio que mató a una mujer y arrasó 2.700 hectáreas la semana pasada en la cumbre de Gran Canaria se propagó en sus inicios como el que costó la vida a 20 personas en 1984 en La Gomera, de una manera «eruptiva» que «rozó casi la deflagración», formando un «tsunami de fuego».
Efe / Tejeda
Jueves, 16 de julio 2020, 14:21
El jefe de los equipos Presa del Cabildo de Gran Canaria, la élite de las brigadas forestales de la isla, Federico Grillo, explicó este miércoles cómo se extendió el fuego desde la zona donde se originó, a poca distancia del Parador Nacional de Turismo de la Cruz de Tejeda, y cómo se combatió en unos momentos en los que su frente estaba fuera de control y obligó a la evacuación de 800 personas.
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Este ingeniero técnico forestal, especializado en el análisis de fuegos, ha destacado que «nunca se había visto en la isla» una evolución semejante de un incendio, al que se logró atajar para que no se extendiera por los montes de Valleseco ni hacia el sur por la cuenca de Tirajana, lo que hubiera creado «un problema muy grave».
Grillo ha subrayado además el peligro que suponían las pavesas despedidas por las llamas a su paso por los pinares, que pueden llegar a prender nuevos focos a distancias de hasta 15 kilómetros, como ocurrió el pasado año en La Palma o en 2007 en Tenerife.
Detalló que cuando el fuego, en sus inicios, tocó el barranco camino de la Cruz de Tejeda «ya se vio que se iba a desparramar», por lo que enseguida se optó por desalojar el Parador y los restaurantes y casas aledañas, así como las viviendas de Las Lagunetas y Cueva Grande, en el municipio de San Mateo, lugares donde se hicieron las primeras evacuaciones.
Así mismo, explicó que enseguida el incendio «saltó» a la vertiente norte de la isla y, que cuando se vio que no se iba a poder controlar con los medios que se disponía, se acordó declarar el nivel 2, por lo que la coordinación pasó al Gobierno canario.
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Entre las situaciones de peligro a las que se enfrentaron los efectivos de extinción, Grillo narró cómo organizó un confinamiento en el área del Pozo de Las Nieves, donde se encuentra el Escuadrón de Vigilancia Aérea Nº 21 del Ejército del Aire y existe un polvorín, a casi 2.000 metros de altitud.
En este lugar había treinta personas, entre ellas él mismo, que optaron por permanecer allí, al verse rodeados por las llamas, que llegaron a alcanzar los 40 metros, porque se entendió que era un refugio seguro, ya que contaba a su alrededor con una franja de protección de quince metros que se hallaba limpia de maleza.
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Sobre esta cuestión, explicó que las zonas donde los efectivos del Cabildo han hecho quemas controladas durante los últimos inviernos para descargarlas de biomasa han funcionado bien para contener el fuego, así como que las carreteras y los collados de Cruz de Tejeda, la Goleta y el Roque Nublo sirvieron de barrera.
El jefe de la unidades Presa incidió en que es muy importante desarrollar una labor de concienciación ciudadana sobre la limpieza de las zonas rurales para evitar que se produzcan fuegos como éste, sobre cuya causa ha declinado ahondar al estar sujeta a investigación judicial y cuya extinción completa esperan lograr en los próximos días.
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