Las monjas que aterrizaron en 1966

El colegio Sagrado Corazón, construido por Candelaria del Castillo en Puerto del Rosario y conocido como el colegio de las monjas, cumple 50 años y lo celebra con algunos de sus protagonistas. Aida Rosa Santana, natural de Santa Brígida (Gran Canaria), es testigo de los orígenes. Al acabar el noviciado en Sevilla le ofrecieron venirse a Fuerteventura, algo que a ella le hacía mucha ilusión: «LLegamos el 22 de agosto de 1966; éramos siete religiosas, cuatro llegadas desde Tafira y tres desde la Península», explica. Entre aquellas primeras religiosas se hallaban además las madres González, Raigón, Ramos, Viguera, Toubes y González, esta última la superiora.

«Cuando llegamos al aeropuerto antiguo, en Los Estancos, la madre González se arrodilló en el suelo, lo besó y todas hicimos lo mismo por la alegría de llegar a la isla», explica Aida Rosa. En ese momento, todavía se estaba construyendo el colegio Sagrado Corazón y la casa en la que residirían en el mismo centro escolar, así que las instituciones de la isla les ofrecieron alojarse en unas dependencias destinadas a las enfermeras en la antigua Clínica Virgen de La Peña (hoy Universidad Popular).

El instituto Santo Tomás de Aquino, sito entonces junto a la antigua clínica, ofreció un espacio a las monjas para que iniciaran sus clases hasta que se terminara el nuevo colegio. La primera clase en las dependencias prestadas se dio el 3 de octubre de 1966. El Sagrado Corazón aún no se inauguraría oficialmente hasta el 2 de febrero de 1967, si bien las clases en el mismo no se impartirían hasta el curso posterior. Las monjas sí que pudieron mudarse a su hogar en el colegio el 27 de febrero de 1967, pero aún seguirían dando las clases en el Santo Tomás de Aquino algunos meses más: «Cada mañana y cada tarde teníamos que recorrer el barranco Pilón para ir a dar las clases; era todo tierra y al finalizar el camino teníamos que limpiarnos el polvo de los zapatos», recuerda Aida Rosa.

Son los prolegómenos de un colegio que inicialmente era solo para niñas y desde finales de los ochenta también para niños. En los primeros años, como las distancias eran largas y los medios de transportes escasos, se creó una residencia en el colegio para que las niñas se quedaran internas. «Fue una época muy feliz y bonita, de mucha unión como comunidad. Las dificultades, en vez de enfadarnos, las pasábamos entre risas», dice la monja.

Misionera en en Egipto

Aida Rosa Santana tenía vocación religiosa desde niña y quería ser misionera. Al ser destinada a Fuerteventura se sintió tan feliz que pensó olvidar el sueño infantil, aunque al final en 1975 se fue como misionera a Egipto, donde estuvo 17 años. En su vida ha residido en la Península, Francia e Italia. Con los años y tras los viajes terminaría volviendo a su querida Fuerteventura, donde se ha jubilado si bien ejerce de encargada de portería en el Sagrado Corazón. Este colegio, inicialmente bajo dirección religiosa, no cuenta hoy en día con religiosas en la dirección, aunque aún quedan tres monjas que colaboran realizando otras funciones.

Programa por el 50º aniversario

El Sagrado Corazón es hoy un colegio concertado de 471 alumnos. Con motivo del 50º aniversario, la próxima semana se celebran varios actos. Entre ellos, el martes 7 de noviembre, «una jornada de puertas abiertas para enseñar el colegio a quien quiera verlo, incluso a los padres, porque hay muchos que no lo conocen», explica la directora, Belinda Montelongo; el día 8, un programa en directo con Radio Sintonía. El día 9, un musical escolar a las 19.00 horas en el auditoria insular; y, el día 10, el acto principal, a la misma hora y en el mismo lugar, con protagonistas de los 50 años de historia como directoras, profesores, alumnos, etcétera.