En el faro del fin del mundo

T. Artiles / Las Palmas de Gran Canaria

La punta de Orchilla y su faro son una parada obligada si decide visitar la naturaleza y tranquilidad de El Hierro. Rodeado de rojo y negro lava, este edificio emblemático construido con piedra de cantería de Arucas e inaugurado en 1933 se alza sobre el punto mas occidental de Europa, allí donde terminaba el mundo conocido y empezaba el ignoto mar de las tinieblas. Pero nada tiene de tenebroso este rincón mágico del municipio de El Pinar. Los atardeceres que regala sobre el Mar de las Calmas son uno de esos recuerdos impagables para viajeros y viajeras que buscan experiencias no prefabricadas y huyen del turismo de masas. Además, su viejo embarcadero es hoy un sugerente punto de baño para refrescar la ruta. Orchilla fue el punto donde se situaba el Meridiano Cero –por eso el sobrenombre de isla del meridiano– hasta ser desplazado por el de Greenwich, y sobre esa línea en los mapas se levantó el faro. Esta joya de la geografía herreña se mantiene suspendida en el tiempo, con toda su magia, historia y leyenda envueltas en ese silencio evocador que solo la naturaleza no manipulada puede regalarnos.

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