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Cómo 'leer' el mar: consejos para surfistas principiantes

Cómo 'leer' el mar: consejos para surfistas principiantes

No perder de vista el horizonte y saber distinguir el pico de las olas son algunas pautas a seguir

Domingo, 6 de junio 2021

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Quien se ha subido a lomos de una ola sabe que la sensación de deslizarse sobre el mar es adictiva. No sorprende, así, que el surf sea un deporte cada vez más practicado. Se calcula que hay alrededor de 23 millones de surfistas en todo el mundo, según la International Surfing Association; y la Federación Española de Surf ha visto la cifra de inscritos aumentar considerablemente en solo nueve años –desde los 6.582 que había en 2010 hasta los 48.181 que se registraron en 2019.

Antón Cobas, un gallego de 27 años, profesor de Educación Primaria e instructor de surf en el campamento ARTsurfcamp en la playa de Razo (Galicia), describe la experiencia como «un deporte que exige mucho y proporciona poco, pero que te hace volver al mar una y otra vez». Él tenía 4 o 5 años cuando cogió su primera ola y desde entonces no se ha bajado de la tabla.

Eso sí, aunque surfear parece fácil, el mar es un medio cambiante, muy afectado por la meteorología y el terreno, y no todas las playas son iguales. De hecho, este es un deporte considerado de riesgo, por lo que saber 'leer' las olas es esencial, tanto para expertos como para principiantes, con el fin de no poner nuestra vida en peligro y disfrutar del chapuzón.

Dos aspectos a recordar es que la ola más grande no siempre es la más adecuada y que cada uno debe conocer sus límites. «La burbuja del surf no para de crecer y cada vez hay más surfistas. Al no haber normas escritas, parece que el mar es sinónimo de libre albedrío, pero existen pautas que se deberían conocer y cumplir. El mar es de todos y cualquiera tiene derecho a surfearlo, pero la seguridad es lo primero y, según nuestro nivel y experiencia, deberemos colocarnos en un lugar u otro», expresa el instructor.

Un truco para saber dónde ponernos es observar el nivel del resto de surfistas que hay en el agua y elegir la zona donde se encuentran aquellos que tienen un nivel similar al nuestro.

La tabla adecuada

Además, es interesante consultar alguna web de previsión de olas y comprobar si las condiciones son ideales para meterse en el agua. Hay muchas, entre ellas Surf-Forecast.com o magicseaweed.com. Si no es posible, podemos preguntar a la gente local o en las propias escuelas de surf.

También es importante conocer las características de la playa. «Dependiendo de cómo sea el fondo marino (de arena, de rocas, de coral...) las olas serán más o menos agresivas. Asimismo, cuanto menos fondo haya, más peligrosas y exigentes serán», explica el joven gallego.

Las olas se originan por el rozamiento del viento sobre la superficie del mar en el medio del océano y desde ahí viajan hasta la costa. Para distinguirlas, se clasifican según su dirección y rompiente. Así, existen olas de izquierdas, de derechas, de pico o cerrotes. «La dirección la determina la visión del surfista. Es decir, si desde la orilla ves que una persona está surfeando hacia la derecha, es que está cogiendo una ola de izquierdas, y viceversa», señala Cobas.

Por su parte, las olas de pico rompen de forma simultánea hacia ambos lados, de modo que dos personas pueden deslizarse por ella al mismo tiempo en direcciones diferentes. Los cerrotes, en cambio, son olas que rompen de golpe, lo que hace muy difíciles de surfearlas.

Colocarse correctamente en la zona de rompiente es la clave para coger una ola. Para ello, no debemos perder de vista el horizonte. Cuando la ola se acerque, intenta encontrar su punto más alto (el pico). Lo ideal es remar hacia el pico para poder coger la ola antes de que rompa. Si no es posible, sitúate a la derecha o izquierda del pico según la dirección de la ola para aprovechar su escape (la zona última en romper). Busca la posición adecuada en la tabla y comienza a remar hacia la orilla con fuerza. Levántate y surfea mirando hacia la playa, no hacia la tabla.

Si vemos que la ola viene rota y no la vamos a poder surfear, hay varias alternativas. «La más utilizada es abandonar el 'barco' y bucear hacia abajo y hacia delante. Cuando la ola pasa, se recupera la tabla gracias al invento y vuelta a remar», dice Cobas. «Quien tenga más experiencia y una tabla fácilmente sumergible puede probar a hacer el pato, maniobra que consiste en pasar junto a la tabla por debajo de la ola sin avanzar, pero retrocediendo lo mínimo», añade.

El instructor destaca que «la elección de la tabla es uno de los factores más importantes, pues es el único material que nos permitirá coger la ola fácilmente o nos perjudicará. De manera generalizada, una tabla larga tendrá más remada que una corta; una ancha, más estabilidad que una estrecha; y una gruesa, más flotabilidad que una fina. Al jugar con estas tres variables, conseguimos una tabla cuyo volumen es acorde a nuestro nivel, peso y altura, que son los tres aspectos principales a tener en cuenta».

Anatomía de las olas

  • Cresta o pico Parte más alta de la ola.

  • Pared Parte cóncava de la ola por la que se desliza el surfista.

  • Base Parte más baja de la ola.

  • Labio Parte superior de la pared de la ola que se proyecta hacia delante.

  • Espuma Turbulencia blanca consecuencia del choque entre el labio y la base de la ola.

  • Zona de impacto Punto exacto donde el labio impacta con la base de la ola.

  • Tubo Hueco que se crea al romper la ola.

  • Escape Parte de la ola que es la última en romper y que permite al surfista realizar maniobras.

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