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Luis y Rafael Alemán, dos hermanos grancanarios residentes en Madrid cocinaban papas arrugadas cuando comenzó el apagón. C7
Así viven el apagón los canarios en la península: «Se me quedaron las papas a medio arrugar»

Así viven el apagón los canarios en la península: «Se me quedaron las papas a medio arrugar»

Luis Alemán, Sara Díez o Carla Pablos, entre otros, son grancanarios que residen en diferentes puntos de la península y cuentan a CANARIAS7 cómo se encuentran tras el cero eléctrico

CANARIAS7

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 28 de abril 2025, 14:08

¿Cómo están viviendo el apagón los canarios que residen en la península? Unos con las papas a medio arrugar, otros a punto de coger el tren y otras que tenían previsto entregar su Trabajo Final de Grado (TFG). El día no ha ido según lo esperado para los canarios y canarias que se encuentran en la península tras el apagón masivo en parte de España y Europa.

Muchos de ellos han hablado con CANARIAS7 y han compartido cómo han vivido este momento y en qué situación se encuentran:

  1. Luis y Rafael Alemán Grancanarios residentes en Madrid

    «Se me quedaron las papas a medio arrugar»

Luis Alemán Ramírez pone una sonrisa al gran apagón. Le pilló, como dice el clásico, con las manos en la masa. O este caso con los tubérculos en el agua: «Se me quedaron las papas a medio arrugar», dicen bromeando para describir sus sensaciones en esta situación tan extraña.

Lo de las papas no es broma. Luis lo acredita con una fotografía junto a su hermano Rafael, ambos canariones del «pueblo más bonito del mundo: Agüimes».

Alemán habla por teléfono mientras se asoma a la ventana de su casa para describir cómo es el paisaje que tiene ante él. «Nada, está todo el barrio cerrado. No hay nadie en las calles y acaban de bajar las persianas del supermercado», cuenta.

Las 12.30 horas de este lunes dejaron a Luis y Rafael con la comida al fuego y la necesidad de hacer una ronda entre sus familiares que están todos bien. «Mi yerno trabaja en Renfe e iba camino de la estación cuando se fue la luz. Dice que la imagen es muy curiosa, con todos los trenes atravesados de cualquier forma en mitad de las vías.

Luis y Rafael vivieron muchos años en Venezuela. Eso se nota en el acento de este lagartero y en sus precauciones con las que este acontecimiento les ha pillado. «No te preocupes por la batería, estoy preparado para lo que sea y puedo aguantar mucho tiempo», señala con otra carcajada.

Luis y su hermano Rafael junto a las papas arrugás. C7
  1. Sara Díez Estudiante grancanaria residente en Madrid

    «Tenía que entregar el TFG hoy y ahora me veo tirada en la calle»

Sara Díez es una joven grancanaria residente en Madrid. Su jornada comenzó «nerviosa e ilusionada» porque entregaba su Trabajo Final de Grado este mismo lunes en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid pero en torno a las 12.15 horas del mediodía sus planes se truncaron. «Estaba en casa a punto de salir para la biblioteca y pensaba que se había ido la luz porque mi vecina de arriba estaba haciendo obras pero la luz no volvía. Entré en 'X' y me di cuenta de lo que pasaba. Me estresé mucho».

En el momento de realizar esta entrevista con la joven estudiante, asegura que está «en la calle y el tema de conversación de la gente es el mismo. La gente está asustada y no sabe lo que pasa. Ojalá se solucione pronto», asegura.

  1. Imagen principal - La música y un libro son sus compañeros en estos momentos de incertidumbre
    Manuel Alejandro Yánez Grancanario residente en Sevilla

    La música y un libro son sus compañeros en estos momentos de incertidumbre

Manuel Alejandro Yánez es un joven grancanario que actualmente cursa un máster y reside en Sevilla. Afirma que el apagón lo sorprendió «tomando un café con un amigo en un bar», cuando de repente el local quedó a oscuras. En un primer momento, pensó que el corte de luz solo afectaba al tradicional barrio sevillano de Triana. Pero el incesante goteo de mensajes que llegaba a su teléfono móvil le hizo caer en la cuenta que no era algo temporal ni excepcional.

Ahora, la música y un libro son sus compañeros en estos momentos de incertidumbre, mientras permanece en la oscuridad de su habitación. «Estamos muy acostumbrados a las nuevas tecnologías y se nos olvida que también podemos hacer mil cosas sin internet», reflexiona al hablar con este joven periodista. Las comunicaciones con este canario han sido complicadas motivadas por los problemas relacionados con la cobertura en la capital andaluza.

  1. Isaac Moreno Grancanario residente en Sevilla

    «Es todo una locura»

Isaac Moreno, grancanario residente en Sevilla, se encontraba en la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, cuando el apagón lo sorprendió y asegura a CANARIAS7 que «todo fue una locura».

«Vi que se había ido la luz y pensaba que era en mi local, pero salí y me fijé que en la calle también se había ido. En un principio pensaba que era poca cosa y que iba a volver rápido pero un compañero de trabajo miró en su móvil y vio que era a nivel nacional y de otros países. Nos quedamos asombrados».

Tras percatarse de la situación, Moreno fue a la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, y vio que allí todo era peor de lo esperado. «La gente no podía acceder al vagón, estaba desconcertada intentando entrar para volver a sus casas o ir a su trabajo», afirma este grancanario.

  1. Imagen principal - «Al principio muchas personas comenzaron a invadir la calle»
    Carla Pablos Grancanaria residente en Madrid

    «Al principio muchas personas comenzaron a invadir la calle»

Carla Pablos, grancanaria residente en Madrid junto a su marido y su bebé, se encontraba teletrabajando en su piso cuando se produjo el apagón generalizado. Relata que, en los primeros momentos, muchas personas comenzaron a «invadir la calle» tratando de recomponerse tras unos primeros momentos de caos y un total desconocimiento de lo que ocurría.

El ambiente en su barrio es ahora muy distinto al habitual bullicio del tráfico: los vehículos se amontonan en los semáforos y en los cruces de la glorieta. Esta canaria, destaca que la policía ha actuado con rapidez y eficacia, logrando agilizar el tráfico en la medida de lo posible.

«Tenemos agua y gas», aclara en un tono tranquilizador, lo que le permite sobrellevar parte del caos generado. Sin embargo, no puede evitar hacerse preguntas: «¿Y los que no tienen cómo calentar un biberón? ¿Puede pasar esto en un país moderno? ¿Y si el kit de supervivencia no era una tontería después de todo?». Una oleada de reflexiones la invade tras la experiencia vivida.

  1. María Grancanaria afincada en Madrid

    «Nos estamos informando por la radio de pilas y lo que van comentado los vecinos»

María originaria de Las Palmas de Gran Canaria lleva desde el año 1999 afincada en Madrid en la zona de Valdemoro. «Ahora mismo tenemos agua, pero nada de luz, nos estamos informando por la radio de pilas y lo que van comentado los vecinos. Una conocida de Ocaña en Toledo nos ha comentado que en esa zona no tienen ni luz ni agua.

También mi vecina que tiene una hija que trabaja en Mercadona, me ha dicho que la gente se está peleando por conseguir productos y haciendo compras inmensas por temor a lo que está ocurriendo, además se están formando grandes colas para pagar en las cajas, llevándose carros hasta arriba. En la panadería del barrio solo pude pagar en efectivo y la cantidad, no funcionan las tarjetas. La gente estaba llevándose todo lo que podría desde la panadería. El gas sigue funcionando pero hay gente que se le ha ido el agua. Nos sentimos en la edad media»

  1. Sara Jiménez Grancanaria afincada en Girona

    «Tuve que bajar y subir 7 pisos caminando solo por ir a la calle a cotillear como estaba el ambiente»

«Vivo en el centro de Girona y me quedé sin comida hecha al fuego, así que me hice una ensalada de garbanzos y me duché para aprovechar el agua caliente por si tarda mucho en venir la luz. Tuve que bajar y subir 7 pisos caminando solo por ir a la calle a cotillear como estaba el ambiente. El agua funciona bien pero no tengo nada de luz y no puedo acceder a nada que requiera internet, me estoy informando por la radio. Toda la comunicación posible es por llamadas de emergencia. El principal problema que vi en mi zona era que los restaurantes se vieron obligados a cerrar porque no podían ofrecer nada y otros comercios que no podían cerrar porque los sistemas de cierre son eléctricos. El tráfico sigue normal pero sin semáforos que funcionen».

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